Quizá alguna vez habréis oído hablar sobre la homeopatía y/o medicina o terapias holísticas para la salud, o basadas en el holismo. ¿Pero? ¿Sabéis a que nos referimos cuando hablamos de holístico?
Holístico significa “integral”. Por ejemplo, en el campo de la medicina, un enfoque holístico sería tomar en cuenta no sólo el aspecto físico de la enfermedad sino también la mente y las emociones, en el campo de la educación infantil, el enfoque “holístico” no implicaría solamente al aprendizaje sino todos los aspectos que giran en torno al niño y así sucesivamente.
Holístico, (doctrina de holismo), proviene del griego “holos” que significa todo, entero, total; integrando este significado en el ser humano, sería la idea de que todas las propiedades de un sistema (biológico, químico, social, económico, mental, lingüístico, etc) no pueden ser determinadas o explicadas como la suma de sus componentes.
Basándose en este principio holístico, me gustaría introduciros la homeopatía, una terapia natural y no agresiva que ayuda a restablecer la salud atendiendo, no sólo a los síntomas y dolencias que se presentan, sino también a la forma de ser, tipología y características generales de la persona a tratar.
La homeopatía apunta a trabajar en pro de la salud por medio de técnicas que tratan el origen profundo de la dolencia, refuerzan las fuerzas autocurativas y carecen de los efectos adversos o secundarios de las convencionales.
Haciendo un poco de historia: los orígenes de la homeopatía se remontan a hace más de 200 años, en que del Dr. Samuel Hahnemann comenzó a hablar sobre sus principios basados en la idea de que lo similar cura lo similar. Es decir: si una sustancia causa síntomas de una determinada enfermedad en personas sanas, esta misma sustancia podrá curar a personas enfermas que presenten esos mismos síntomas si les administramos una dosis muy diluida de esta sustancia. Puede parecer rocambolesco, pero funciona.
Se puede producir medicamentos homeopáticos a partir de hierbas o formulaciones basadas en cepas de bacterias o hasta composiciones químicas. Resulta paradójico que mientras en la mayoría de los medicamentos convencionales, donde una dosis mayor tiene un mayor impacto fisiológico, en la homeopatía esto no funciona así.
La homeopatía es perfectamente segura. Esto es porque los medicamentos homeopáticos se preparan mediante una muy pequeña cantidad de ingrediente activo. Doscientos años de práctica, la investigación y ensayos han demostrado la seguridad de este suave sistema de medicina para personas y animales.
A diferencia de algunos medicamentos convencionales, los medicamentos homeopáticos no son adictivos y no tienen efectos secundarios peligrosos. La homeopatía es segura para bebés, niños y mujeres embarazadas o lactantes, que estén bajo la supervisión de un médico homeópata.
¿Y vosotros? ¿Habíais oído hablar de la homeopatía? ¿La habéis utilizado alguna vez? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!
Besos desde mi blog!!