Hoy compartimos… Algo que creí perdido

Tengo que reconocer que cuando leí el tema del mes de hoy compartimos pensé: madre mía sobre qué escribo yo. Tengo algunas cosas que creí haber perdido y que luego he encontrado, como las llaves de casa (me pasa muy a menudo porque soy un poco desastre con ellas), pero de verdad solo las he perdido una vez.

Como todas hacéis esos post tan estupendos, no iba a hablar de mis llaves o del billete que te encuentras en unos pantalones del verano anterior… Así que pensé y pensé y decidí hablar de una de mis pasiones: mi piano.

Yo toco el piano desde pequeña y siempre había soñado con un piano de media cola y es algo que creí perdido porque mi padre se negaba a comprarme uno. Cuando empecé a tocarlo me decía que era la novedad que cuando llevase unos años y demostrase que me gustaba ya veríamos. Los años pasaron y cedió en comprarme un piano de pared porque mi teclado, aunque estaba muy bien, se quedaba pequeño. Yo dije que no porque si cedía con el de pared adiós al de media cola, además justo estaba empezando la carrera y mi profe me pedía unas dos horas al día y yo nos las tenía ni por asomo. Conclusión me quedé sin piano y sin tocarlo hasta que nació Rosa porque lo fui dejando y dejando… esas cosas que pasan.

Cuando me casé, propuse que entre todos me comprasen uno. Pero quedó en eso, en una propuesta…

Cual fue mi sorpresa cuando un mes antes de que naciese mi primera hija el papa de la criatura y el mío me dijeron que había llegado el momento de tener uno. Así que un día cuando volvía llorando de hacerme una ecografía porque Rosa no creía por la ansiedad que tenía su mami entré en mi salón y ahí estaba