In Memoriam Dana

Aquí con Dana en la Catedral de Burgos

Fue un lunes de enero , cuando la batalla por seguir con nosotros de mi perra Dana terminó, con luna en cuarto creciente, y Sirio muy brillante en el este. Su pérdida me provoca un desgarro tremendo, ya que estaba con nosotros desde apenas 3 meses de edad, hasta casi cumplir los 12 años .
El nombre le viene de mi querida Dana Scully de Expediente X, y hacía honor a su nombre, ya que nada le gustaba mas que rebuscar en el monte , buscando misterios y escondites .

Era una perrita de espíritu libre, y solo te obedecía cuando a ella le placía, indomable, algo neurótica como su propio dueño, y con esa habilidad para darme calma en momentos de tempestad. A veces se acercaba cuando cataba mis vinos, y me miraba frunciendo el ceño, como preguntándome si de verdad me iba a beber eso.

Los años y la maldita enfermedad de seis letras acortaron su vida sin razón, y cuando el sufrimiento se hizo patente e insoportable, la salida era dolorosa pero necesaria, y aguanté en mis manos su carita hasta que su corazón cesó de luchar.

Ahora mi vecindario es mucho más silencioso. Nadie la contesta cuando hacía su última ronda por el jardín en la noche, alejando a corzos y demonios nocturnos . Esa misma noche de su partida , mi otra perruna ladró en la oscuridad. Necesito creer que Dana volvió a despedirse de su compañera Lila.

Nunca merecí una perra tan buena como Dana, y como le pasó a Orión, mi mayor regalo es haberla disfrutado tantos años, y poder recordarla cada vez que miro a la estrella Sirio, y ver su chapita brillar reluciente como su blanco pelo.

Gracias Dana por hacerme mejor, nos vemos pronto orejotas.

R.

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