Revista Cocina

La ampliación del Canal de Panamá

Por Dolega @blogdedolega

Quiero terminar mi relato del viaje a Panamá, hablando de futuro. Así que, como no podía ser de otra manera, quería ver con mis propios ojos las obras de la ampliación del canal. Ese trabajo se lo abrogaron otros miembros de la familia.

Hay familiares que lo son por el simple hecho de nacer en un determinado entorno. Yo tengo primos a los que prácticamente no conozco. Luego están esos familiares que se han ganado el derecho a llamarse familia, aunque no haya lazo de consanguinidad alguno.

Esas personas son, por derecho propio, miembros destacados de la familia. Se han ganado el título a base de estar ahí en las buenas y en las malas, en las risas y en las lágrimas, siempre dijeron “Si”, cuando se les necesitó y nunca dijeron “No” por desagradable que fuera la misión, así que han llegado al punto de no retorno. Pueden decir cosas que solo les están permitidas a los miembros de la familia y son objeto de críticas abiertas, si es necesario, como cualquier miembro más de la misma.

Como es natural, ellos también querían contribuir a que mi estancia fuera maravillosa, así que mi querida Lourdes se comprometió a llevarme a ver la ampliación del canal. Un día antes de la cita me comunicó que nos llevaría Rubén, su extraordinario marido, que tiene una inmensa paciencia y una mano izquierda digna de un negociador internacional. Me reservaban el día completo para pasearme por la costa atlántica y mostrarme el futuro de un país.

Salimos temprano y enfilamos hacia la ciudad de Colón.

Me maravillo de ver una autovía en vez de la carretera de antaño. El viaje de ochenta kilómetros era cansado y desagradable. Ahora es rápido, agradable y en tan buena compañía se me hace corto.

Al primer sitio que me llevan es al Puerto de Manzanillo. La cantidad de contenedores y el volumen de tráfico de mercancías, es impresionante. Me bajo del coche y hago dos fotografías. Al minuto se presentan dos miembros de la seguridad del puerto y nos advierten que está terminantemente prohibido tomar fotografías. Mi anfitrión, con toda delicadeza les dice que nos están esperando. Ellos confirman lo que decimos vía teléfono.

Nos dan vía libre.

Llegamos a un edificio enorme, antigua escuela en la zona americana, hoy reconvertida en las oficinas principales del puerto. Gracias a mi anfitrión, nos atienden a cuerpo de rey y me llevan a una sala con una vista privilegiada para poder tomar fotos.

La ampliación del Canal de Panamá

La ampliación del Canal de Panamá

Puedo garantizar que estas fotos son muy, muy difíciles de conseguir. La persona que nos atiende me da el curso sobre los buques Panamax y sobre las grúas postpanamax que ya están esperando ansiosas a los barcos que circularán por las nuevas esclusas. Nos habla de los miles de contenedores que circulan por el puerto mensualmente y las cifras son mareantes.

Se ha hecho hora de comer y me llevan a un restaurante en el puerto de cruceros Colón 2000. Sitio donde atracan los cruceros que vienen al país y a cruzar el Canal.

La ampliación del Canal de Panamá

La ampliación del Canal de Panamá

Durante la comida, Lourdes me desvela el motivo de porqué ha venido a traernos Rubén:

El marido, al enterarse de que iba a traerme a ver la ampliación del canal, le hizo el croquis, claro, simple y pormenorizado (Siempre según la versión masculina, claro) de cómo llegar al mirador construido para ver las obras. Se adjuntan fotografías.

La ampliación del Canal de Panamá

La ampliación del Canal de Panamá

Ella al ver el mapa, como buena mujer guapa, inteligente e independiente, se apresuró a elaborar su propio mapa, ya que las indicaciones que figuraban en el masculino eran algo difusas para su inteligente mente femenina.

Rubén al ver el mapa que ella estaba elaborando, preguntó:

-¿Cuando se va Dolega para España?

-Y Lourdes contestó con una encantadora sonrisa detrás de sus gafas: El miércoles (Estábamos a viernes)

-¿Sabes qué? Mejor yo las llevo y así paso el día con ustedes.

Las malas lenguas dicen que Rubén temía que acabáramos atracadas en medio de algún barrio poco recomendable de la ciudad de Colón ó perdidas en medio de la selva y no fuera posible que yo llegara a tiempo para coger el vuelo.

Eso no hubiera ocurrido, lo garantizo. Somos mujeres inteligentes, independientes y no necesitamos ningún GPS para llegar a los sitios.

Otra cosa muy distinta es que hubiéramos cruzado del Pacífico al Atlántico y vuelta al Pacífico antes de volver a encontrar el Atlántico

La ampliación del Canal de Panamá

La ampliación del Canal de Panamá

Foto dedicada a mi amiga que siempre me critica porque me parecen caras ciertas flores en Europa. ¡¡Es que aquí crecen a la orilla de la carretera!!

y…¡¡¡ el maldito mirador que ojo, que lo ponen jodidamente escondido para que sea difícil llegar, coño!!!

Menos mal, que la falta de confianza masculina, me permitió disfrutar de un delicioso día en compañía de familiares con letras mayúsculas.

Llegamos al mirador y todo es grandioso.

La ampliación del Canal de Panamá

La ampliación del Canal de Panamá

La ampliación del Canal de Panamá

Describirlo es muy difícil y la calidad de mi cámara no es suficiente para abarcar la magnitud de la obra. Aquí les dejo un link con unas fotos magníficas que revelan lo que se está haciendo.

Te quedas como embobado, viendo aquello. Entramos en un recinto donde tienen una exposición de la obra.

La ampliación del Canal de Panamá

Todas las imágenes en 3D de la exposición, han sido realizadas por uno de los hijos de mis anfitriones. Me las muestran y veo en sus caras el mismo orgullo de todos nosotros cuando enseñamos algo de nuestros cachorros. Aquí  en todo su espledor

¡Cómo somos los padres, señor! Las imágenes nos muestran cómo serán las nuevas esclusas terminadas, con la innovación de las enormes bañeras laterales, que permitirán reutilizar el agua varias veces en el tránsito de los barcos, lo que supondrá un ahorro de muchos millones de metros cúbicos de agua.

Nos dan un folleto y las cifras son mareantes.

La ampliación del Canal de Panamá

Llegas a la conclusión que aquello es una obra, grande no, muy grande tampoco, ¡es colosal! La persona que nos da una pequeña charla, nos dice que el mayor reto que tiene la obra, sin duda alguna, es el cultural. Treinta nacionalidades trabajando juntas y teniéndose que coordinar para llevar a cabo la obra, es quizás de los retos más grandes que se han acometido nunca.

Me quedo en silencio y pienso que a lo mejor, en otros lugares del mundo deberían existir también obras que obligasen a esos esfuerzos culturales.

Salimos y regresamos a Panamá capital. Ha sido un día espléndido, porque hemos estado en familia.

Queridos, ¡GRACIAS!


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