Gracias a un pequeño grupo de empresarios, que se están concentrado en la calle Betancour Fabelo, empieza haber servicio de calidad en el sector de la gastronomía.
Un ejemplo de ello son el restaurante La Tunera, con seis años en la misma zona. Y ahora, le damos la bienvenida a La Cepa gastrovinoteca, abierto hace 3 meses en el nº 8 de la calle.
Francisco, el señor que amablemente poso en la fotografía para este post. Es el dueño y chef del local. En su pequeño rincón ofrece buenos vinos. canarios e insulares. Junto con un buen servicio y comida de calidad.
El local no es muy grande, pero es acogedor, lo puedes ver cocinar desde la mesa.
Él y una camera, atienden a la clientela.Las gastrovinotecas concentran un único espacio se fusionan tienda de alimentos o vinos. Con taberna, restaurante o tasca y algunos casos, hasta dan servicio de catering.
...Tiene una pequeña carta de raciones para compartir con buenos preciosos y con productos de calidad.
Ayer almorcé con una amiga en su local. Y compré unos vinos para disfrutarlos en casa.
Para abrir boca, tomamos unas ricas berenjenas fritas con miel. Bien cortadas y cocinadas.
La segunda ración fue una sartén al horno de huevos estrellados, los pedimos un poco hecho por despiste. Luego nos dimos cuenta, que había sido mejor pedirlos casi crudos. Igualmente estaban muy ricos.
La tercera ración; un surtido de croquetas, espinacas con pistachos y de jamón ibérico. La presentación habla por si misma.
Para endulzar la boca, pedimos un volcán de chocolate
(un Coulant) para compartir, con helado.Con un bizcocho muy tierno y en su punto.
La bola de helado en el medio, giraba sobre el bizcocho, en si mima. Como si fuera una rueda en un molino de agua, cuando la cogíamos con la cuchara.
Entre una ración y otra, mantuvimos pequeñas conversaciones con el propietario (chef), y la camarera, donde hablamos de su negocio y algunos vinos.
La cuenta nos la sirvieron en una pequeña lata de productos en conserva. Nos costo el almuerzo 30,00 con algo más con I.G.I (el impuesto que se paga en las islas).
Marinamos la comida con una copa de vino blanco afrutado, Libalis del 2013. Y dos botellas de agua.
Antes de pagar la cuenta, el señor Francisco (chef), nos ofreció un segundo postre como obsequio y nos regalo 2 latas de conserva. Una para cada una. ¡¡Todo un detallazo!!
Sinceramente, nos quedamos llenas con lo que habíamos pedido.No pudimos rechazar la oferta. Eso me costo una cena, ya que me fui a la cama sin querer probar nada más. Pero eso si, la tarta de queso con arándanos estaba deliciosa con su toque de limón como me gusta.
En el local puedes ver una pizarra escritas con frases celebres sobre la comida el vino y los amigos.
Me alegra ver que la calle Betancour Fabelo, esta empezando a ser un punto de encuentro gastronómico. Sólo espero que llegue a ser tan conocida como las que podemos ver en Vegueta y Triana (Las Palmas). Y así, los que disfrutamos de estos placeres, no tengamos que desplazarnos de zona para dar un buen bocado y tomar una buena copa de vino.
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