Hace 6 años que Vanessa se atrevió a lanzarse cogiendo el restaurante La Peni de Molins de rei. Quizá en el peor momento para iniciar un negocio. Un restaurante teatro café, una masia que por dentro combina blancos y negros en un espacioso comedor sin apelotonar las mesas. Como anexo lo que seguramente en su día fue una terraza, ahora techada y bien condicionada que deja pasar la luz del día y le permite tener un comedor más grande. Teníamos pendientes la visita hacía varios meses, para canjear un menú degustación que nos habían regalado. Así que probamos algunos de sus platos que, por lo que vimos forman parte del menú del fin de semana que tenían.
Empezamos con un típico Melón con Jamón que apetece mucho por su frescura. Bien servido, ya cortado y con buena proporción de los dos ingredientes. El jamón cortado finito y el melón en buen punto de madurez. Un entrante típico. Seguimos con una Vichyssoise fría, del tiempo, que no refrigerada que le haga perder el sabor. Muy buena con toque final de aceite crudo y crujiente de cebolla. Un detalle a mejorar en el acabado: le faltaba algo de triturado para que quedara una crema más fina. No fue incoveniente, es solo una cuestión de “formas”, ya que no altera el sabor. Arroz con pulpitos, calamarcitos y guisantes. Una buena presentación en timbal que siempre engaña y parece menos de lo que es. Al desmontarlo llena el plato. La proporción de arroz,calamares y pulpo en el plato es bastante equilibrada y tiene buen fondo. Muy bueno. Lo siguiente es un meloso de ternera estofado , con orejones, dátiles, champiñones y patatas. El mejor plato del menú. Se deshace hasta el punto de que solo hincar un poco el tenedor puedes coger el bocado. Tiene que tener varias horas de cocción a fuego lento. Los orejones y dátiles están enteros, una idea que me gusta, así cada uno hace su plato mas o menos dulce al mezclar la carne y los frutos. Llega el pescado: Merluza al Horno con verduras al wok y alioli. La merluza estaba bien cocinada aunque para mi, quizá le sobrara algún que otro minuto de horno. Un poco menos de tiempo la hubiera dejado más jugosa. La guarnición de verduras sin embargo estaba perfectamente al dente. Aquí me atrevo a hacerles una sugerencia: alterar el orden de los platos. El pescado deberían servirlo antes del meloso, ya que es un plato mucho más potente de sabor y es posible que al tomarlo primero desmerezca injustamente el que viene después. Y aun hay uno mas: Magret de pato con salsa de higos y manzana que sirve para reafirmar la gran teoría de que los platos de carnes grasas, en este caso la piel y el dulce es un matrimonio que se complementa a la perfección. Se compensan los dos sabores aunque si no sois tirando a golosos, por muy bueno que a mi me parezca no os servirá. La manzana era el acompañamiento idóneo. En este caso, servirlo el ultimo si me pareció un acierto ya que servía de antesala al postre y así vas preparando el paladar. En el caso de los postres no fueron dos para cada uno. Al hacer la reserva comenté que no comía queso para que lo tuvieran en cuenta en los platos del menú degustación. Igualmente antes de servirnos nos preguntan si ninguno de los dos come queso. Les comento que solo soy yo, aunque en el caso de repostería, podría llegar a tomarlo. Entonces nos traen uno para cada unos y me animan a que pruebe el pastel de queso, que no cheesecake. Así que tomamos esta tarta que si probé y, como es habitual en los postres, no hubo problema con el ingrediente tabú. Era un buen trozo de tarta casera que no llevaba ni mermelada, solo algo de caramelo liquido. El que me sirvieron a mi fue una crema catalana de la que debo decir que le encontré falta de consistencia y sabor. Era demasiado liquida, tanto que que al partir el azúcar quemada se va al fondo toda la capa por no tener base que la aguante. Las cucharadas gotean una textura mas parecida a un yogur normal que a una natilla. También la encontré con poco sabor a canela y poco dulce si no la acompañabas de algún trozo del azúcar quemada. No puedo recomendarla. Acompañamos la comida con un Chardonnay Castillo Irache que dejamos que ellos eligieran, ya que no sabíamos que platos había en el menú antes de tomarlo. Correcto. La Peni es un restaurante correcto, de cocina sin grandes malabares. Una buena opción si estás por la zona. El menú de fin de semana tiene un precio de 18 Euros. No es barato, pero no es un mal precio para un menú de fin de semana. Eso sí dependiendo de lo que pidas, por nuestra experiencia, puedes salir más o menos satisfecho. Por ejemplo, pedir el arroz y el meloso y la tarta de queso será buen acierto. Si por el contrario como segundo y postre se elige la merluza y la crema catalana, la percepción será diferente. Aunque ya se sabe, para gustos, los colores.