Con la Liga casi perdida, con nueve partidos y ocho puntos que remontar por delante, el Atlético de Madrid está cuajando los encuentros más redondos de la temporada. Tras atascarse en algunos partidos de finales de Enero y de Febrero, en el empate frente al PSV varió la dinámica rojiblanca. Además de la fundamental mejora física, obra y gracia del "Profe" Ortega, el Atlético ha realizado ligeras variaciones tácticas muy importantes para desengrasar el manejo de los partidos y la llegada a gol. Como consecuencia, el equipo ha ganado en confianza de cara al momento cumbre de la temporada.
La lesión de Yannick Carrasco ante el Getafe, que parecía abrir un problema al Atlético antes de partidos importantes, hizo aflorar alguna solución táctica que acabó dando profundidad de recursos a los colchoneros. Ante el PSV, con Augusto Fernández también lesionado, Koke y Gabi ocuparon el mediocentro con Saúl y Óliver como interiores en un 4-4-2. Arriba, con mucha movilidad, bajando al apoyo del medio del campo y buscando la espalda de los defensas, Griezmann y Vietto.
Como consecuencia directa, un mejor manejo del balón en el centro del campo. Los interiores rojiblancos tienden a cerrarse, abriendo camino a los laterales, para combinar por dentro antes de descargar a las subidas por bandas, apoyarles en el dos para uno o el dos para dos, o buscar las diagonales de los delanteros. Así en Holanda surgieron ocasiones suficientes que solo la mala suerte impidieron que se concretaran.
Todo el juego ofensivo del equipo obtiene beneficios con este sistema. Los laterales encuentran más camino libre que con el 4-3-3, los centrocampistas encuentran más compañeros con los que combinar y los delanteros tienen más espacios y menor rigidez posicional que cuando tienen que repartirse el frente de ataque entre tres.
Esto último es fundamental para entender lo que ocurre con Griezmann. Mientras el Atlético formó con un 4-3-3 más marcado, el francés queda demasiado abierto a la banda derecha, desde la que puede tirar diagonales hacia el centro, pero donde la portería le coge más lejos. Teniendo en cuenta que es, de largo, el mejor goleador de la plantilla, tal vez alejarle del gol no sea la mejor idea.
Así, en el siguiente encuentro, con Augusto ya de vuelta al lado de Gabi y Koke junto a Saúl como interiores, Griezmann volvió a marcar tras varios partidos sin conseguirlo, logrando el único tanto de la victoria colchonera en el Bernabéu. El manejo de balón siguió mejorando, debido al fenomenal sentido del ritmo de Augusto Fernández, que fue fundamental para dominar al máximo rival capitalino.
De la misma manera, ante la Real Sociedad otra exhibición del argentino anuló a su rival. Con un delantero menos al cambiar del 4-3-3 al 4-4-2, parecía que el Atlético de Madrid había encontrado la manera de conseguir más goles. Pero para Valencia no estaba Augusto, su puesto lo ocupó Kranevitter con un notable desempeño, aunque sus características, al ser diferentes, aportaron más presión y capacidad para apretar al rival, pero menos claridad en la distribución. Además, con el marcador igualado, se pasó al 4-3-3 y se acabó de romper el partido.
En el último partido, ante el Deportivo, volvió Carrasco de inicio y con él la distribución en 4-3-3. Sin embargo no con ello desapareció la llegada a gol y el dominio del encuentro, pero sí volvió a verse a Griezmann algo más lejos de los metros decisivos.
Como se puede ver, son variadas las opciones que maneja el Cholo de cara a esta recta final de la temporada. La clave estará en saber escoger en cada momento, y en función de las variables que puedan influir en un partido (el estado de forma de cada jugador, el estilo del rival, sus cualidades individuales, el objetivo que se busque, etc), cuál de estas opciones supone la mejor solución.
Con un Augusto que aun no ha podido tener continuidad pero que ya ha demostrado que es un eje de categoría para manejar el centro del campo, con Saúl creciendo por días a partir de su imponente físico que le facilita el trabajo defensivo y le deja fuerzas para lucir llegada a gol (sobre todo cuando el equipo forma en 4-3-3), con Vietto que no termina de estar pero al que se sigue esperando porque empieza a lucir chispas de su clase y con Carrasco convertido en un puñal en la banda izquierda y que, a pesar de estar mostrando una clase excepcional para el regate, me deja dudas de si en su relación con el juego del resto del equipo aporta más que resta o viceversa (cuando el balón le llega ralentiza las jugadas hasta que consigue sacar un pase), los colchoneros tienen opciones.
Además de esas soluciones más usadas, también están los minutos que pueda hacer Kranevitter, la calidad pura de Correa, la fe de un Fernando Torres que ha recuperado el gol o la posibilidad de que los dos delanteros del 4-4-2 sean Griezmann y Carrasco, para poder jugar con cuatro en el centro del campo sin dejar de contar con el fenomenal jugador belga. En definitiva, el Atlético está resolviendo los problemas que tenía de centro del campo para arriba en el mejor momento que podrían elegir, si hoy superan al PSV (ojito con ese empate a cero de la ida) el sueño de la Champions puede volver a palparse.
At.MadridAugusto FernándezDiego Pablo SimeoneLuciano ViettoSaúl ÑiguezYannick Ferreira - Carrasco