Revista Cocina
Creo que me estoy volviendo un maniático y el motivo lo achaco a que de unos años hacia acá, leo mucho.
Leo todo lo que pillo. Leo en las redes sociales, leo la prensa a través de internet, leo en casa, con mi compañero fiel, mi PAPYRE, que es la herramienta más productiva con la que me he encontrado después de descubrir el ordenador, hace ya 25 años.
Leo también en la televisión y creo que esa es, junto a internet, el culpable de mi tara.
Al leer esos mensajes por sms que se envían a la televisión o las opiniones en los diarios online, mi ortografía se desangra al comprobar las faltas que se cometen. Faltas de atención y de desconocimiento, achacables casi siempre a la falta de pudor de quienes envían sus, -casi siempre-, disparatados comentarios.
El desconocimiento es un acicate para aprender y como yo soy un analfabeto del conocimiento, cada vez que leo uno de esos mensajes, mis neuronas colisionan entre sí y producen un efecto rebote que me deja aturdido durante unos segundos.
Ya he decidido que cada vez que sale un sms, no lo leo, para no crear un conflicto dentro de mi cabeza y no leo los comentarios en los diarios por internet.
Ver que alguien no sabe expresar lo que quiere decir me hace pensar que hay otra gente que al leer lo escrito se debe de quedar ojiplático.
Por ejemplo, leer: "Yo estoy de acuerdo con lo que están diciendo por que haber quien no lo esta".
A mí, me produce un rechazo, porque lo tengo que leer tres veces para saber lo que el escritor ha querido decir.
Acabo por traducir que lo que quería decir esa persona es: "Yo estoy de acuerdo con lo que están diciendo, porque a ver quién no lo está". Pero me cuesta y hay veces que quitan el rótulo antes de poder hacer la traducción.
El "por qué" se utiliza para preguntar: "¿Por qué no has venido hoy?".
El porque, para contestar: "Porque no he podido".
Y hay otra acepción, que es el "porqué" de las cosas. "Todas las cosas tienen su porqué".
Cuando me juntan las tres, mis limitadas neuronas empiezan a disgregarse y llega un momento en el cual el sentido de la frase se convierte en un menú imposible de digerir.
La diferencia entre "haber" e "ir a ver", es tan grande como se puede ver en éste ejemplo: "No puede haber error" y "Vamos a ver el error".
Aunque suene igual, al leerlo, el sentido cambia totalmente la frase y es por eso que mis limitaciones intelectuales se ven agredidas.
La mayoría de las veces es un problema de falta de atención y eso, es subsanable.
No le podemos pedir a una persona que no ha ido a un colegio que escriba con propiedad, pero actualmente, las personas que utilizan la tecnología del siglo XXI suelen ser gentes "estudiadas" y a esos, les debemos pedir, como mínimo, que se expresen conforme a la educación recibida, para que podamos entendernos.
Sí, ya sé que puedo sonar repelente, pero ayer, viendo un programa de TVE La 2, titulado "Los oficios de la cultura", -que recomiendo a todo el mundo-, me dió mucha rabia observar que hay gente que se dedica a practicar la escritura de subtítulos, como un medio de vida y que lo hacen para que podamos entender lo que dicen los demás, sean árabes, anglófilos o palestinos.
Si soy algo en política, -que no lo soy-, soy anti-Zapatero, porque desde que vino a éste mundo se ha dedicado a enfrentar a las que hasta entonces permanecían aparcadas, "Dos españas".
El odio que ha introducido de nuevo en el país y la incultura que ello conlleva, me hacen padecer un anti-zapaterismo confeso.
El "anterior" PSOE, de los Felipe, Guerra y compañía, se preocupó más de unir de nuevo un país destrozado por una espantosa guerra fratricida, que de reclamar una posición de mártires. Y no nos fue tan mal.
El germen del actual PP, la antigua AP, (Alianza Popular), liderada por aquél que siendo Ministro del Interior franquista acuñó la frase: "La calle es mía", dejó de lado su inquina hacia el rojo para someterse al voto de los ciudadanos. Y tampoco nos fue tan mal, porque les hicimos purgar su período dictatorial.
Pero ya lo dice el sabio refranero popular: "Hasta el más tonto hace relojes" y tal y como yo saqué en conclusión tras ver la tan premiada película "Forrest Gump", "Hasta un idiota puede ser Presidente de los EE.UU.". Y después llegó Bush Jr.
Por eso, hasta Zapatero puede hacer algo bien, aunque sea sin querer y lo ha hecho. La 2 se ha convertido en una cadena con programas culturales muy entretenidos. Y aunque la falta de publicidad haya sido un producto de las componendas del "manufacturador de zapatos" y de su delfín, -el oscuro marido de la Ministra Chacón, ahora delegado de la sexta-, Miguel Barroso, -anteriormente Jefe de Comunicación de Zapatero-, para auto-financiarse con la publicidad que ha repercutido, algunos hemos ganado en calidad televisiva.
Programas como el inagotable "Saber y Ganar", o esa biografía visual que emitieron hace un par de semanas sobre Paco de Lucía, hacen que los infumables Sálvame, Ana Rosas, Norias y demás vómitos periodísticos, pasen sin producir demasiadas úlceras en estómagos como el mío.
A Paco de Lucía se le recordará durante décadas, no sólo por lo rápido que puntea, sino por su participación en la difusión de la cultura flamenca y por ende, española.
Los que tuvimos la gran suerte de poder ver en directo su espectáculo, hace 25 años, junto a Larry Coryell y John McLaughlin, nos dimos cuenta de que España estaba a la vanguardia en la música étnica, junto al jazz y el mejor pop.
El disco "Friday Night in San Francisco", con Al di Meola en lugar de Coryell, es un ejemplo de lo que digo y que de vez en cuando sigo escuchando, para que esa "Mediterranean sun dance" me siga poniendo la carne de gallina. ¿Por qué será?.
Somos un país de "culturas"; siempre lo hemos sido. A diferencia de los ingleses y de los holandeses, los españoles y los portugueses no hemos aniquilado a los pobladores autóctonos de los países que hemos colonizado.
Nos hemos juntado con ellos y por eso, en Guatemala, Chile, Perú, Colombia, Nicaragua, México, Panamá, Cuba... y demás países en los que estuvimos durante siglos, siguen existiendo las razas originarias hoy en día.
Los ingleses y franceses arrasaron con los indígenas en EE.UU. y Australia y hasta los búfalos estuvieron a punto de desaparecer sin un motivo más que el exterminio por... ¿deporte?.
Creo que cuando pase ésta pesadilla que nos ha tocado vivir, en la que "los más tontos" están dando cuerda a nuestros relojes, volverá una etapa en la que ser albañil, fontanero o carpintero, será un orgullo, porque será la manera en que la gente de bien desarrolle el intelecto para el cual ha nacido y por el cual se ganarán la vida de manera digna. Veremos multitud de mujeres fontaneras, electricistas o pintoras de brocha gorda y la clase política estará al servicio de sus patrones, que no son otros que aquellos que les ponen en sus puestos. ¿Utopía?. No. Ley de vida. Se puede engañar a uno muchas veces, pero no se puede engañar a muchos todo el tiempo.
Mientras tanto, hasta que los patronos pongamos oreden en nuestra empresa nacional, nos tendremos que conformar con nuestro "Derecho al pataleo", sea a través de las redes sociales, como ocurre con los países dominados por tiranos, o intentando elevar nuestro nivel intelectual aprendiendo a escribir, para que se sepa lo que en realidad queremos decir, que no es poco.
Pero antes de terminar éste discurso, me gustaría hacer una premonición:
Japón volverá a ser una de las primeras potencias mundiales. Por la educación de sus gentes, por su ancestral cultura, por el respeto que profesan a sus mayores y por su capacidad de sufrimiento.
Lo veremos. Estoy convencido.
¡¡Viva Japón y los japoneses!!.