Revista Cocina

Los amargos zumos naturales

Por Yoisasi
11 agosto, 2013 Yo Isasi A Favor de Toda Verdad, Libertad y Altruismo.

Estamos en verano y ahora ‘brotan’, como champiñones, locales donde venden zumos naturales de todos los colores, combinaciones y sabores.
Tenemos muy metido en la cabeza que las frutas son sanas, naturales y llenas de fabulosas vitaminas. Y no lo pongo en duda pero en el momento en el que vivimos, con nuestra tierra llena de contaminantes, pesticidas, herbicidas y fungicidas (más adelante, para abreviar, los llamaré PHF) hace que este slogan mediático ‘frutas sanas, 100% naturales’ no sea cierto, ni un mínimo de cierto, en definitiva, que ha quedado obsoleto.
Mi cometido no es fastidiar el negocio propio a nadie pero quiero que, tanto nosotros los consumidores como los dueños de estas zumerías, sepamos y sepan que no todo es oro lo que reluce.
Al vivir cerca de una playa concurrida y conocida, hace dos años abrieron un chiringuito de zumos, donde cada día se pone a reventar de gente ya que te preparan zumos recién hechos de una gran variedad de frutas (tropicales y exóticas inclusive) y combinaciones varias con unas licuadoras hiper modernas de última generación. La carta es inmensa. Eso si, un vasito (de plástico) te cuesta 3 euros.
Me acerqué para ver qué es lo que ofrecían y cómo. La dueña estaba encantada de las ventas y me decía que hacían los zumos y licuados sin quitar la piel a sus frutas para así tener todas sus propiedades y que ellos eran de los pocos que no añadían azúcar blanco sino que eran 100% naturales. Como siempre, llego yo para fastidiar al personal.
Voy a dejar de lado la parte energética de las frutas como que son expansivas (sobre todo las tropicales) o qué asimilamos realmente de estos zumos al licuar su fruta con una máquina eléctrica ya que no es lo mismo morder que licuar una fruta. Cuanto menos se modifica el alimento en su forma original, más propiedades y cualidades nutritivas tiene. Todos sabemos que se oxidan. Por ejemplo, es mucho mejor el grano del cereal que su harina, por tanto, es mejor la pieza de fruta que su zumo.
A lo que iba. Recordemos que la dueña de la zumería decía que sus frutas eran naturales. Pues no, no son 100% naturales sino frutas rociadas con miles de químicos y algunas de ellas ya transgénicas.
Así que un zumo de esta zumería, como de cualquier otra, si no especifica que su materia prima es ecológica (o ya no ecológica me valdría con que fuera sin usar química para su cultivo), no es natural y, además, estamos pagando 3 euros por un concentrado puro y duro de toxicidad que va directamente a nuestra sangre y que no eliminamos por la orina (al no ser biodegradable) sino que se queda con nosotros, normalmente en nuestra grasa. Y peor me lo pone esta señora si no le quita las pieles. Aunque últimamente ya no me suelo fiar de los sellos ecológicos, prefiero tomar la fruta y verdura que me obsequia Pilar, una clienta encantadora que vive en el campo donde tiene un huerto y no rocía con ningún tipo de sustancia tóxica y qué decir de sus huevos o de sus conejos, toda una exquisitez.
Y ya no hablemos de los licuados o limonadas que llevan un extra de agua: ¿Agua sacada de dónde? ¿Qué agua están usando? Limonada ‘natural’ como la vida misma, con agua que no sabemos calidad ni procedencia, limones no ecológicos y azúcar blanco por un tubo, por lo menos todo es muy refrescante…
Este chiringuito, en concreto, no tiene agua potable así que traen agua en bolsas de plástico rígido que las rellenan en una fuente cercana y, justamente, el agua de esta zona deja mucho que desear y comprobado personalmente cuando vinieron a mi casa a analizarla.
Además, como hace tanto calor te ponen cubitos de hielo que compran en bolsas en la gasolinera. Pues otro tema a estudiar: ¿Este hielo con qué agua lo hacen? Ya investigaré y pondré al corriente pero, bueno, no creo que haga mucha falta saber que esta agua no será de ningún manantial de los Pirineos.
En fin, no quiero amargar el día a nadie con este post pero, hoy en día, no es muy sano tomar un zumo natural. Natural, un adjetivo que debería ser cambiado o eliminado para ser conscientes de que no estamos tomando los auténticos nutrientes de las frutas y que, por supuesto, no son las frutas de antes, las frutas en su estado auténtico y natural.
Veamos un poco más de cerca este gran negocio fungicida, si otro más a añadir a la lista:
- Algunos  PHF, son cancerígenos o producen modificaciones genéticas; al no ser biodegradables, el cuerpo no es capaz de eliminarlos y se quedan en nuestro organismo.
- Además estas sustancias hacen que se disminuya en las frutas el contenido de vitaminas, minerales, oligoelementos aumentando los fosfatos, que acidifican la sangre y los nitratos, que primero se transforman en nitritos y después, en nitrosaminas que ya son palabras mayores, es decir, sustancias cancerígenas.
Es curioso cómo algunos se creen que por lavar sus frutas y verduras con agua del grifo ya es suficiente para eliminar estas sustancias y otros, aconsejan con mucha agua caliente mezclada con sal, limón o vinagre y otros más atrevidos, con unas gotitas de lejía…en fin, sin comentarios, ojalá fuera tan sencillo.

La contaminación por fertilizantes se produce cuando éstos se utilizan en mayor cantidad de la que pueden absorber los cultivos, o cuando se eliminan por acción del agua o del viento de la superficie del suelo antes de que puedan ser absorbidos. Los excesos de nitrógeno y fosfatos pueden infiltrarse en las aguas subterráneas o ser arrastrados a cursos de agua. Esta sobrecarga de nutrientes provoca la eutrofización de lagos, embalses y estanques y da lugar a una explosión de algas que suprimen otras plantas y animales acuáticos. Los métodos agrícolas, forestales y pesqueros y su alcance son las principales causas de la pérdida de biodiversidad del mundo. Los costos externos globales de los tres sectores pueden ser considerables.’ Huiman Tingo María, ingeniero agrónomo de Perú con más de 25 años de experiencia profesional en la Amazonia peruana.

No me quiero poner alarmista pero Vietnam fue un ejemplo claro del poder letal que pueden traer estas sustancias. Entre 1969 y 1970, helicópteros americanos, para cargarse literalmente a la población, rociaron herbicidas, defoliantes y esterilizadores, llamados Agentes Naranja, Azul, Blanco y Púrpura y sales inorgánicas de arsénico, directamente en concentraciones superiores y sin diluir durante más de once años a población civil y a plantaciones donde fueron destruidas casi dos millones de hectáreas cultivadas y se intoxicaron a más de medio millón de personas civiles con 50.000 toneladas de defoliantes y 77. 000 toneladas de gases tóxicos.
‘El Agente Naranja fue uno de los más conocidos herbicidas y defoliantes usados por los militares estadounidenses como parte de su programa de guerra química en la operación Ranch Hand, durante la Guerra de Vietnam con 400.000 personas asesinadas o mutiladas y 500.000 niños nacieron con defectos de nacimientos como resultado de su uso.’ Wikipedia.
Quien creó este agente Naranja fue nuestro ‘querido’ Monsanto, además de Dow Chemical y Diamond Shamrock, que contiene dos herbicidas hormonales con un compuesto de dioxina (TCDD) extremadamente tóxico.
Parece ser que desde agosto del 2012 ha comenzado un programa de ‘limpieza’ de los terrenos afectados a cargo del gobierno norteamericano. El general retirado Nguyen Van Rih dijo: ‘Durante los años sesenta y setenta, vi con mis propios ojos que los aviones y los helicópteros norteamericanos tiraban defoliantes. Los resultados: colinas peladas, bosques destruidos. (…) Durante tres décadas los americanos han negado su crimen. Ahora hacen cualquier cosa. Es un poco tarde. Pero mejor tarde que nunca’.
Está claro que este ‘acontecimiento’ fue una atrocidad y, ahora, nosotros por beber zumos de frutas, no vamos a caer como moscas pero todos, nadie se escapa, tenemos en nuestro cuerpo, a estos insidiosos PHF. Y la acumulación diaria, con los años, nos trae enfermedades como el cáncer.

Otra cosa que no me quiero dejar en el tintero es, cuando vamos a un bar o cafetería y muchos piden un té. Ahora también tenemos teterías por doquier que te hacen mezclas muy sugerentes y atractivas. Pues bien, no es que quiera ser quisquillosa y agobiar al camarero pero, si, tengo que preguntar qué agua van a usar para hacerme ese fantástico thai tea o yogui tea pero, por supuesto, ya sé la respuesta. Así que si tienes valor, te recomiendo que pidas una botella de agua mineral y que, por favor, hagan con esa agua tu té (con los cafés ya es más complicado) ya que agua del grifo de estos locales si la calentamos aumentamos, como mínimo, al doble todas las sustancias nocivas que pueda llevar nuestra querida agua potable nacional.
Aquí termino hoy, que creo que ya es bastante para aguar el festín a los que estáis de vacaciones.
Salud y Buenos Alimentos.
Yo Isasi
www.nutricionenecasa.com


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