Revista Cine

“Los dos caballos de Genghis Khan”: El atractivo de lo auténtico

Publicado el 24 agosto 2010 por La Mirada De Ulises

En una misma semana he podido ver dos películas que podrían ocupar polos opuestos en el panorama cinematográfico. De “Salt” ya os he hablado, y representaría el artificio de la imagen hasta proponernos una realidad inverosímil, y también el paradigma del blockbuster que sólo pretende entretener y que dirige la mirada del espectador en la línea marcada por el director. Ahora me gustaría comentar algo en torno a “Los dos caballos de Genghis Khan”, una película de tono documental y producción alemana que se acerca a Mongolia para presentarnos el alma de ese pueblo estepario. Su protagonista es Urna, una cantante que viaja por el país en busca de la letra de la canción “Los dos caballos de Genghis Khan”, y con la intención de restaurar un violín de cabeza de caballo que había pertenecido a su abuela. Es un viaje de retorno a las raíces nacionales que la Revolución Cultural pretendió sofocar, y también el deseo de una nieta por satisfacer el último deseo de la anciana que acaba de morir.

“Los dos caballos de Genghis Khan”: El atractivo de lo auténtico

Tanto la canción como el violín actúan como elementos metafóricos de una tradición perdida, y hablan de la necesidad de conocer y respetar los orígenes de cada pueblo. Pero también –y esto es lo que me interesa resaltar– son ocasión para referirse al mundo primigenio de la Naturaleza física y humana. En la película son abundantes los paisajes naturales con preciosos caballos y verdes praderas, junto con alguna secuencia de sus pobladores cantando mientras se ocupan del ganado o empeñados en ahuyentar a los espíritus malignos con la ayuda del chamán. En cualquier caso, asistimos a manifestaciones puras y verosímiles en sí mismas, al margen de la necesaria puesta en escena y del trabajo de guión que supone la película. El espectador contempla la realidad de esos exóticos rincones y participa de los sentimientos de sus personajes sin que medie más manipulación de la necesaria, con una cámara que observa desde la distancia y el respeto, con un amor hacia lo verdadero y auténtico, con la sensación de entrar en contacto con un mundo nuevo de manera directa y fresca.

“Los dos caballos de Genghis Khan”: El atractivo de lo auténtico

La sinceridad de las imágenes y de sus personajes me ha hecho pensar en la necesidad de encontrar lo verdadero a través del cine, y casi inmediatamente en el creciente auge del género documental en estos últimos años. La diferencia de taquilla entre “Salt” y “Los dos caballos de Genghis Khan” es abismal, y nunca estas cintas documentales tendrán el favor del público tanto como esas otras ficciones de acción y efectos especiales… pero ambas son aventuras humanas. Me parece que el espectador sensible y cultivado puede llegar a cansarse de tanta persecución y asalto –que se presenta como producto perfectamente enlatado y etiquetado–, y que a veces necesita algo nuevo y más auténtico, películas en las que pueda contemplar otros modos de entender la vida… y a la vez sentir lo parecidos que somos aquí y allá.

“Los dos caballos de Genghis Khan”: El atractivo de lo auténtico

Sin menospreciar el blockbuster –que tiene su momento y su dosis adecuada–, qué bien sienta este otro cine diferente y auténtico, en el que pasan pocas cosas y donde conocemos a buena gente que se nos hace cercana… aunque venga de la Mongolia interior. Además la música es preciosa, y la fotografía también. Gustará a quienes disfrutaron con otras como “Tulpan”, “El perro mongol” o “Ping pong mongol”.

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En las imágenes: Fotogramas de “Los dos caballos de Genghis Khan” – Copyright © 2009 Atrix Films y Grasland Film. Distribuida en España por Karma Films. Todos los derechos reservados.


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