Revista Cine
Los mercenarios (The expendables; U.S.A., 2010) (Apuntes sobre el cine que viene XLV)
Publicado el 10 agosto 2010 por ManuelmarquezFESTIVAL DE BÓTOX.-
Ni ruso ni moro. Un sudaca asqueroso había de ser. ¿Chávez, Morales, Correa? Tanto da. A falta de originalidad en los planteos argumentales, reciclaje político raudo y adaptación al medio inmediata: Hollywood nunca anduvo torpe a la hora de subirse al carro de la más rabiosa actualidad en materia de estrategias geopolíticas y orientaciones ideológicas; mucho antes de que se inventara el GPS, los grandes estudios ya señalaban siempre al malo con un margen de error de menos de veinte centímetros...Y aquí el malo es un dictadorzuelo sudamericano al que un grupo de mercenarios ha de derrocar, para el bien de su pueblo (cómo no...) y la grandeza de la causa democrática en el universo (cómo tampoco...).¿A alguien se le ocurriría un nombre más apropiado para tal tarea que el del ínclito Sylvester Stallone? Pues ya está. Blanco y en botella. Se junta a un reparto de viejas y nuevas glorias del género, bien repleto de testosterona; se “perpetra” un guión trufado de sentencias patibularias, a cual más fatua y vacilona; y se llena la pantalla de explosiones y cadáveres en tal grado que a mitad de película ya no puedas contarlos ni con la ayuda de una hoja de cálculo. Misión cumplida...
A diferencia de esos otros films de tono crepuscular, que basan su gancho comercial en la reunión de un conjunto de estrellas veteranas, que, entre bromas y veras, se dedican a hacer recordar a sus seguidores viejas anécdotas y memorables interpretaciones, a base de guiños y referencias constantes —recuerdo ahora, por ejemplo, la simpatiquísima “Space cowboys”, de Clint Eastwood—, me temo que esta “Los mercenarios” pretende mostrarnos a unos “machacas” —al fin y al cabo, con más papel o con menos, están prácticamente todos...— que aún ejercen en plenitud de facultades (más allá de algún chistecillo facilón que pretenda ironizar con su supuesta merma de capacidades atléticas, o de otro tipo...), demostrando, con ello, bastante menos respeto por ese público potencial al que va destinada —y que, no me cabe duda alguna, abarratorá las salas en busca de su ración de violencia FX debidamente condimentada—, que el que pueda mostrar este humilde escribiente con sus prejuicios hacia un producto de un corte que nunca le terminó de hacer tilín (o, más bien, dado el volumen estruendoso de las deflagraciones en pantalla, tolón...). En fin...
PRONÓSTICO: salvo encañonamiento por el equipo completo...