Antes de volvernos del pueblo a Madrid de regreso de nuestras vacaciones nos pasábamos a despedirnos de ella y siempre nos sacaba un plato con chorizo y salchichón casero y luego un plato con sus riquísimos mantecados. Recuerdo el olor agradable y lo muchísimo que nos gustaban tanto a mis padres como a mis hermanos.
Mi tía falleció y un día por casualidad buscando entre las recetas que tenía de mis padres encontré su receta del puño y letra de mi padre. El se la pidió y la guardó aunque nunca nadie los hizo y ahora en recuerdo a mi tía y a mis padres que les encantaban sus mantecados los publico para que todos sepáis lo deliciosos y lo fáciles de hacer que son.
Por eso os animo a que los probéis para estas navidades. Yo los he espolvoreado con azúcar y canela como ella pero podéis espolvorearlos con azúcar glass si queréis que también quedan muy ricos y quizás más navideños.
La receta viene con las medidas de una taza. Yo he usado una taza de café con leche. Las medidas para que os hagáis una idea son sobre unos 7 cm de ancho y casi 7 cm de altura pero si no es exactamente igual no pasa nada porque de la misma capacidad de vuestra taza echareis los otros ingredientes.
Ingredientes:
1 taza de aceite de girasol.
1 taza de manteca de cerdo.
1/2 taza de vino blanco.
1 taza de azúcar blanco (no la llenéis hasta el ras, yo le quité un dedo para que no estén tampoco demasiado dulces).
harina la que le pida. Tenéis que ir echando hasta que veáis que la masa no se os pega en las manos y no queda muy compacta tampoco. Es muy fácil y un truco consiste en ir echando la harina poco a poco porque si nos pasamos luego no hay vuelta atrás. Ir echándola por puñados.
1 cucharada de canela (esta no estaba en la receta pero yo se la añadí porque me parece que las da un gusto muy bueno).
azúcar y canela para espolvorear o azúcar glass según queráis.
Preparación:
1. Derretir la manteca en el microondas en la función de descongelar.
2. En un bol grande echar la manteca derretida, el aceite y el azúcar y batir bien para que se disuelva el azúcar.
3. Añadir el vino blanco y remover.
4. Ir añadiendo puñados de harina hasta que veamos que se nos va haciendo una masa compacta y cuando la podamos trabajar con las manos ir añadiendo harina si hace falta hasta que no se nos pegue en las manos.
5. Cuando ya tengamos una masa manejable y bien amasada la dejamos en forma de bola y vamos cogiendo trocitos y con ayuda de un rodillo los amasamos y dejando un centímetro y medio de grosor aproximadamente de ancho con ayuda de un cortapastas vamos haciendo nuestros mantecados. Antes de meterlos en el horno los espolvorearemos con azúcar y canela. Si los preferis espolvorear con azúcar glass entonces lo hareis cuando ya los hayais sacado del horno y estén fríos.
6. Forramos la bandeja de horno con un papel vegetal y vamos colocando los mantecados separados un poquito uno del otro. Precalentamos el horno a 180º y cuando esté caliente metemos los mantecados a esa temperatura arriba y abajo unos 15 minutos pero tener mucho cuidado y seguir estos pasos.
Pondremos la bandeja a la mitad de las alturas. Cuando hayan pasado unos 10 minutos aproximadamente y veamos que ya se han dorado por abajo, con ayuda de unos trapos para no quemarnos subimos la bandeja arriba y ponemos la temperatura sólo arriba. Los dejaremos unos 5 minutos más o hasta que estén con un poquito de color por arriba.El tiempo es a ojo y tenéis que estar pendientes del horno e ir mirando. No han de quedar muy tostados pues entonces quedarán duros, esto es muy importante, pero tampoco que queden crudos por dentro.