Revista Cine
Si alguien le dijera al director galo Jean Pierre Jeunet que la expresión “morir de éxito” es una frase hecha, una fórmula usable a modo de muletilla afortunada en diversas situaciones, es probable que éste pudiera lanzar a su interlocutor una mirada poco bondadosa: él dirigió, en el año 2001, “Amèlie”, uno de los éxitos comerciales más impresionantes de toda la historia del cine europeo. Y sigue (cinematográficamente) vivo, pero no parece, vista su trayectoria posterior en las lides de dirección, que lo haya tenido nada fácil. Una sola película, en 2004 (“Largo domingo de noviazgo”), y ésta que ahora llega a nuestras pantallas (por cierto, con un retraso más que notable, dado que data del 2009): escaso bagaje, en términos cuantitativos, para quien, en comandita con su compañero Marc Caro, había debutado con una sorprendente “Delicatessen”, allá por el ya lejano 1995, y que, sin duda alguna, va a tener muy complicado reeditar esos laureles con los que fuera orlado en los albores de su carrera.
Porque, a decir verdad, esta su última entrega, “Micmacs”, no viene precedida de referencias excesivamente halagüeñas provenientes de nuestro país vecino, y aun cuando su aspecto visual (al menos, el que trasluce el material promocional contemplable en su web) parece moverse en terrenos (oscuros y bizarros) más próximos al de sus cuasi experimentales entregas al lado de Caro que al más luminoso y volátil aspecto que nos presentaba su heroína romántica, no por ello parece que haya conseguido captar la atención ni de crítica ni de público. Es más, me atrevería a maliciar que, si no se tratara por la presencia al frente de su reparto de un intérprete que ha conseguido cierta notoriedad posterior gracias a un megaéxito como “Bienvenidos al norte”, el ínclito Dany Boon, este film difícilmente hubiera llegado a las salas oscuras de nuestro país. En todo caso, y acogiéndonos a la teoría que asimila el talento a la energía (que, como saben, ni se crea ni se destruye, solo se transforma...), habrá que darle una oportunidad. Se verá...
* Apuntes sobre el cine que viene LVIII.-