Desde ya os digo que no soy de celebrar esta fiesta y si tuviera que decantarme lo haría por nuestra tradicional Castanyada.
Supongo que es debido que en mi época de más jovenzuela Halloween no estaba tan instaurada como ahora, vamos que si os soy sincera os diría que ni la conocía por aquellos días. Pero poco a poco se ha ido introduciendo en los colegios y eso hace que los niños contagien a los papis y se extienda la celebración.
Como no podía ser de otra manera, en nuestra castanyada no podían faltar los panallets. Este año he hecho una nueva versión, de calabaza y coco. Y es la que os traigo.
Parece mentira las "buenas migas" que hace la calabaza con la repostería, y de esta amistad surge unos dulces muy húmedos y jugositos.
Justo el resultado de estos panallets, el exterior seco y crujiente y el interior húmedo, que invita a empezar y no parar. Que peligro tienen ¡¡¡¡
Limpiar la calabaza, trocearla y cocer hasta que esté tierna. Poner a escurrir. Una vez haya soltado todo el agua, triturar con un tenedor. Mezclar con el azúcar y una vez disuelta incorporar la harina de almendra, el coco y las gotas de anís. La masa resultante llevar a la nevera (mejor de un día para otro).
Precalentar el horno a 180º. Mienras tanto ir haciendo bolitas y dejarlas encima de un papel de horno. Pintar con huevo batido. Hornear unos 10-15 minutos o hasta que veáis que empieza a coger color doradito las bolas.
Dejar enfriar y listo. Se conservan bien por varios días en una lata.
Bon profit !!!