Descubrí la pasta de dátil hace unos años en un libro de postres sin azúcar. Si tenemos en cuenta que soy una devota total de los dátiles, la probé enseguida y me gustó. La usé en algún postre, observé que realmente era un buen sustitutivo del azúcar, pero como habitualmente tampoco tomo azúcar, la receta fue quedando en el olvido, para un postre que hago de vez en cuando le echaba azúcar, y listo.Pero, yo tengo una pasión por los libros, ya confesada aquí en otras ocasiones, y la enorme fortuna de vivir en una ciudad, con una biblioteca muy bien surtida de libros, y de libros de cocina también. Y desde hace un par de años para acá, la mayoría de las novedades versan siempre sobre dietas saludables en donde los productos refinados no quedan muy bien parados, así que me decidí a prescindir de ellos durante unos días a ver que tal, me fue tan bien, que no he vuelto a consumir esos productos, salvo en momentos puntuales.
Yo no tomaba azúcar habitualmente, pero si tomaba un trocito de chocolate con leche todos los días con el café de la sobremesa. Y aquí es donde intervinieron los dátiles que fueron los sustitutos del chocolate, tomo cada día dos de rama, o uno si es medjoul. Nunca añoré el chocolate y tenía verdadero vicio, mejor dicho teníamos, mi marido más que yo, él no toma café, pero al chocolate no le perdonaba, ahora también toma dátiles. Conste que el problema no es el chocolate, si no el azúcar o el edulcorante que lleva.
Y llegamos al reencuentro con la pasta de dátiles. Uno de mis sobrinos también llegó a la misma conclusión y también dejó de tomar azúcar. Llegó su cumpleaños y dejó claro que no quería ni azúcar ni edulcorantes con lo cual no hubo tarta. Unos días después tuvimos una comida familiar y decidí hacerle una tarta sin azúcar... y aquí fue donde la pasta de dátil, dio el do de pecho! La hice sin saber muy bien que iba a salir, pero lo que yo digo siempre ¿ qué puedo perder? Unos cuantos ingredientes ¡mira tu!
El resultado fue un éxito total, no quedaron ni las migas, y la tarta era bien grande. A partir de ahí la pasta de dátil se ha convertido en mi endulzante favorito, como iremos viendo en recetas futuras.
Ingredientes:
- 300 g dátiles medjoul
- 200 ml de agua
- sal (optativo)
- Retiramos las pepitas de los dátiles y los vamos colocamos en un recipiente, cuando los tengamos todos los cubrimos con el agua y dejamos que se hidraten. El tiempo va a depender un poco lo secos o húmedos que estén los dátiles. Si están fresquitos, por tanto jugosos y blandos, 20-30 minutos es suficiente. Si están secos de 1 a 2 horas.
- Una vez hidratados los introducimos en un procesador de alientos, le añadimos parte el agua de remojo y si le ponemos sal, la incorporamos también. trituramos unos minutos y ya tenemos la pasta preparada. Si la queremos espesa, se pone poca agua y si queremos tipo sirope le ponemos más hasta alcanzar el punto deseado.
Y para ir preparando el paladar, os dejo aquí dos recetas en donde el dulzor también es aportado por los dátiles:
https://www.cousasdemilia.com/2017/10/crema-crudivegana-de-aguacate-y.html
https://www.cousasdemilia.com/2022/12/bombones-de-frutos-secos.html
¡Os deseo un feliz mes de abril!