Revista Cocina
Ya os he explicado alguna vez que cuando preparo arroz blanco para acompañar alguna carne siempre fallo en los cálculos y al final sobra bastante, de este fallo casi siempre sale algún plato diferente con el que aprovecho este arroz, ensaladas, arancinis, etc (veré de preparar una recopilación de platos de aprovechamiento que siempre son muy interesantes).
Para el pastel de hoy he estado visitando por la red diferentes propuestas y al final he preparado similar y distinto al mismo tiempo. Lo cierto es que el resultado ha gustado mucho, incluso a los que no les gustan las espinacas, a mi particularmente me encantan (las de bolsa no, y las congeladas tampoco).
Si os pasa como a mí que os sobra arroz blanco cocido, esta es una buena opción para usarlo, si no os sobra podéis cocerlo para la receta.
Vamos a necesitar:
2 manojos de espinacas 400 gr de arroz cocido (el mío era basmati)4 huevos1 brick de 200 ml de nata de cocina50 gr de parmesano (si es posible recién rallado)100 gr de queso para gratinar1 cebolla (si es posible fresca y grandecita)2 zanahorias2 dientes de ajoMantequilla para untar el moldeDos cucharadas de pan rallado para el molde.Sal, pimienta, nuez moscada.4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra.
Lo primero que haremos es limpiar las espinacas, las cortamos en trozos y las lavamos en agua varias veces para eliminar la tierra que tengan, dejamos escurrir en un colador, reservamos.
Pelamos las zanahorias y las cortamos en trocitos pequeños, ponemos en una sartén el aceite de oliva y añadimos las zanahorias, dejamos que se empiecen a pochar tapadas.
Partimos los ajos en trocitos pequeños, hacemos lo mismo con la cebolla, añadimos primero el ajo a la sartén, damos unas vueltas, luego ponemos la cebolla y dejamos pochar todo junto con un poco de sal hasta que la cebolla empiece a tomar color, a fuego medio bajo.
Una vez que la cebolla tenga color dorado la sacamos de la sartén, escurrimos el aceite, volvemos a poner el aceite en la sartén, ponemos las espinacas y cocinamos hasta que no suelten agua.
Mezclamos en un cuenco grande las espinacas con la mezcla de cebolla y zanahoria, añadimos el arroz y dejamos templar.
En otro cuenco batimos los huevos con un poco de sal, pimienta y una pizca de nuez moscada, añadimos la nata de cocina, mezclamos bien, luego ponemos el queso parmesano y volvemos a mezclar. Añadimos esta mezcla a la de espinacas y arroz, movemos hasta que quede integrado.
Untamos un molde redondo con mantequilla, una vez que esté bien distribuida añadimos un par de cucharadas de pan rallado de forma que cubra todo el molde.
Vertemos la mezcla del pastel, alisamos la superficie y cubrimos con el queso de gratinar. Llevamos al horno previamente calentado a 180º con calor por arriba y por abajo durante unos 30-35 minutos hasta que el pastel esté cuajado y el queso este tostadito, si pasado este tiempo el queso no está bien dorado pondremos unos minutos el gratinador.
Servir caliente, aunque yo lo comí por la noche también frio y estaba igual de rico. Espero que os guste.