Los patés vegetales o veganos no tienen nada que envidiarles a sus pares más tradicionales, se los aseguro. Si se trata de untuosidad, la tienen en abundancia; si pensamos en sabor, son francamente deliciosos... Y así, podría seguir agregando parámetros comparativos por un rato largo, pero no quiero sembrar polémica sino, simplemente, ofrecerles una opción deliciosa a la hora de "picotear" o untar algo rico sobre tostadas, pancitos saborizados o galletitas de agua. Incluso, para incorporar a una tabla de quesos o picada tradicional, junto a los patés de su gusto.
La propuesta de hoy es una opción que se resuelve bastante rápido y - estoy segura - les encantará por su sencillez y su sabor.
Con esta receta participo en el Reto de Julio de Cocineros del Mundo en Google+ en el apartado Salado.
Como pueden ver, son pocos los ingredientes (muchos los deben tener en casa) que necesitarán para preparar este delicioso paté distinto. Aquí les dejo el listado.
Lo primero que tendrás que hacer para realizar esta exquisita pasta o crema ideal para preparar entradas/entrantes o tentempiés bien sabrosos será poner a macerar en aceite (el de tu gusto), por unas 12 horas, 7 tomates secos.
Luego, molerás unas 3 cucharadas copetonas de almendras, dejándoles su piel (allí es donde se encuentran muchos nutrientes y aceites esenciales). Reservalas.
Por último, rehogá una cebolla chica en 1 cucharada de aceite neutro con sal, pimienta, orégano y nuez moscada. Reservala también.
Llegó la hora de unir todos los ingredientes. Para ello, en la licuadora o mixer, procesá los tomates secos cortados en cuartos (sin escurrir). Agregá sal, pimienta, nuez moscada y 1 cucharadita de orégano.
Incorporá 1 cucharadita de cúrcuma, el jugo de 1/2 limón chico y 1 cucharadita de pimentón ahumado. Luego, procesá y añadí la cebolla rehogada.
Agregá las almendras molidas, 2 cucharadas de aceite en el que se maceraron los tomates y 1-2 cucharadas de agua tibia.Procesá los ingredientes hasta lograr una pasta de consistencia cremosa, parecida a los patés tradicionales.
Si le faltara humedad para alcanzar la consistencia buscada, podés incorporarle a la preparación más agua tibia o aceite.
Antes de servirlo y para conservarlo por algunos días, debés guardarlo en la heladera.
En contraposición a los patés tradicionales que contienen aditivos y esencias artificiales, productos químicos (como estabilizantes, mejoradores del sabor y conservantes), además de vísceras animales (con todo lo que ello implica), los patés vegetales caseros contienen ingredientes saludables que nos permiten controlar el sobrepeso y el colesterol, con pocas calorías, muchos nutrientes y libres de productos químicos. Además, sabemos muy bien la calidad de los ingredientes que utilizamos.
Si bien aquí, en el hemisferio sur, estamos transitando el invierno y los tomates no están de temporada (aunque, ahora consigamos las verduras prácticamente en cualquier momento del año), con un precio que trepa a las nubes y una calidad que deja mucho que desear, me parece que esta receta con tomates secos es apta para cualquier estación del año, ya que nos permite tener siempre a disposición tomates listos para usar, pudiendo preparar un paté exquisito que acompaña una picada junto a la chimenea tan bien como a unas tostadas, pegaditos a la piscina.
Los invito a que prueben esta receta porque van a disfrutar de un paté delicioso. Cada vez que lo preparo en casa dura lo que un suspiro porque gusta mucho, mucho, pero mucho (tanto a los amantes de los vegetales como a los carnívoros más ortodoxos, sin excepción).
¡Hasta la semana próxima! ¡Bon appétit!