Seguimos en temporada de fresas. Ya sabéis lo que me gustan porque lo he comentado en otras ocasiones, y este año me he propuesto hacer todos los postres que pueda con ellas.
Cuento para ello con el apoyo incondicional de mis niñas, a las que también les chiflan las fresas. Acordaos del cheesecake de fresas que me pidió Cris por su cumpleaños.
Además aportan más vitamina C incluso que las naranjas y reducen el colesterol, motivos más que suficientes para tomarlas, por ejemplo en bizcocho, como éste ideal para el desayuno o como acompañamiento del café o té de media tarde.
Ingredientes
- 2 huevos tamaño L
- 140 gr. de harina
- 40 gr. de Maizena
- 150 gr. de azúcar moreno
- 80 gr. de queso ricotta
- 50 gr. de aceite de girasol
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 cucharadita de zumo de limón
- Fresas
Precalentamos el horno a 170º.
En un bol batimos los huevos con el azúcar. Agregamos el queso y mezclamos bien. Añadimos el aceite, la vainilla y el zumo de limón y batimos hasta que la mezcla sea homogénea.
Tamizamos aparte las harinas con el bicarbonato y las agregamos a la mezcla anterior. Cortamos algunas fresas en trozos no muy pequeños y las añadimos a la mezcla.
Forramos un molde con papel de horno y lo engrasamos. Vertemos la mezcla y horneamos de 30 a 40 minutos o hasta que introduciendo un palillo en el bizcocho, éste salga limpio.
Desmoldamos y dejamos enfriar en una rejilla. Cuando esté frío espolvoreamos con azúcar glas y adornamos con fresas frescas cortadas por la mitad.
Pues ya le estoy dando vueltas a la cabeza pensando en cual será el próximo postre con fresas que hago.
Venga va, confieso que después de este plum cake, he hecho una tarta pero aún no he redactado la entrada, y hasta aquí puedo leer... ¡¡Sorpresa!!
Hago un postre con fresas y me gusta, pero es que hago otro y me gusta todavía más, aunque os diré que a mi las fresas me encantan con leche condensada... ¡¡Ummmmm qué delicia!!