La irrupción de las cerezas en los mercados anuncia la llegada del calor. Su vivo color rojo y su pulpa jugosa han hecho de ellas una fruta muy popular pero, además estos atributos son las que le hacen tener propiedades nutricionales y terapéuticas.
El rojo de las cerezas es el responsable de algunos de sus muchos efectos saludables, ya que se debe a las antocianinas, flavonoides de alto poder antioxidante que se encuentran en las cerezas en mayor proporción que en ninguna otra fruta.
Las antocianinas protegen las arterias de la acumulación de grasas y previenen enfermedades degenerativas y también el cáncer, en especial el de colón.
Pero las cerezas gozan de prestigio sobre todo como alimento depurativo, ya que es sabido desde hace siglos que ayudan a eliminar el ácido úrico. Muchos estudios avalan la eficacia del tratamiento a base de cerezas en pacientes con articulaciones inflamadas y deformadas por exceso de ácido úrico.
Alivian el dolor
A las cerezas también se les atribuye un efecto analgésico, aunque parece que algunas personas necesitan consumirlas regularmente durante semanas para notarlo.
Su riqueza en fibra y potasio (210 mg por cada 100 g) favorece a las personas con estreñimiento o tendencia a retener líquidos. Estas mismas virtudes diuréticas y laxantes previenen, asimismo, la formación de cálculos renales y biliares y justifica que se utilicen en curas desintoxicantes y de adelgazamiento.
En las curas de adelgazamiento, a la capacidad depurativa de las cerezas se añade sus escasas calorías (59 por cada 100 g) y también el efecto saciante de la fibra.
Las cerezas aportan asimismo hierro (0,4 mg/100 g) y su azúcar, la levulosa, las convierte en aptas para diabéticos.
Son una gran fuente de melatonina
La cereza es el alimento más rico en melatonina, una hormona implicada en la regulación del sueño y la temperatura corporal, y que actúa como un potente antioxidante. Algunos expertos consideran que la melatonina es la sustancia más eficaz contra el envejecimiento.
Curiosamente el zumo de cerezas es 10 veces más rico en melatonina que la fruta entera.
Un vaso de zumo aporta, además de melatonina, 17 sustancias antioxidantes, azúcares, vitaminas como la C, minerales como potasio, calcio, sodio, y también aporta hidratos de carbono. Por todo esto, es recomendable consumirlas regularmente ya que benefician nuestra salud.
Cómo disfrutarlas
Al tratarse de una fruta de temporada corta, que va de mayo a julio, solo podemos disfrutarlas frescas durante ese tiempo. Las más dulces se pueden comer como fruta pues pierden gran parte de su sabor si se cocinan. Las neutras resultan idóneas para elaborar tartas, mousses y sorbetes. Y las variedades más ácidas, como las guindas, son las más adecuadas para preparar salsas y para la elaboración de conservas y mermeladas, a mí personalmente como más me gustan son frescas, recien cogidas del árbol, están deliciosas. La cereza resulta especialmente sabrosa combinada con chocolate.
Otra forma de disfrutarlas es ver los cerezos en flor, su belleza no es comparable a nada, o es que alguien ha vista algo más bello que un cerezo en flor.
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