Os enseñé la foto en Facebook hace casi un mes, y no me había vuelto a acordar si no llega a ser por mi madre que me preguntó hace un par de días si os había gustado la receta de pudín de manzana que preparó específicamente para el blog.
Ante su pregunta me quedé ojiplática. ¿Pudín? ¿Qué pudín? Ya no lo recordaba. El monkey bread ha ocupado mi cabeza todo este tiempo y, por si esto fuera poco, mi obsesión macaronil ha vuelto. Pero de eso ya os hablaré más adelante.
Total, que se me había olvidado por completo.
Hasta que refresqué mi memoria. No hicieron falta nada más que unos pocos segundos para acordarme. ¡Con lo rico que estaba! Un pudín con una presentación nada espectacular, pero jugoso, cero empalagoso y riquísimo. Aunque en esto último influye (y mucho) el hecho de que la artífice de este postre haya sido mi madre, y ya sabemos que todo lo que cocinan las mamis siempre nos sabe mejor.
Una receta muy fácil, ideal para aprovechar restos de pan o bollería, que mi madre encontró en el reverso de la primera hoja del calendario de 2016.
Pudín de manzana:
INGREDIENTES
- 3 manzanas, descorazonadas, peladas y laminadas
- 6 rebanadas de pan de molde sin corteza
- 4 huevos
- 250mL de leche entera
- 250mL de nata líquida para montar
- 4 cucharadas de azúcar moreno
PREPARACIÓN
- Engrasamos un molde rectangular con mantequilla, y forramos la base con papel vegetal. Colocamos en la base las rebanadas de pan de molde, que iremos alternando con la manzana.
- Batimos los huevos con la leche, la nata y dos cucharadas de azúcar moreno.
- Vertemos esta mezcla sobre el pan y la manzana y espolvoreamos la superficie con el resto de azúcar moreno.
- Horneamos al baño María, de 35 a 40 minutos, en el horno precalentado a 190ºC. Dejamos enfriar por completo antes de desmoldar.