En Chile a la Navidad se la llama Pascua (y a la Pascua, Pascua de Resurrección), de allí que este pan de Navidad tenga un nombre que puede llamar a la confusión. Sin embargo, su origen estaría en los panes dulces navideños más tradicionales de Italia (panettone) y Alemania (stollen/Christollen).
La receta para prepararlo se la pedí a un matrimonio chileno amigo de mis padres a quienes conozco desde pequeña (¡Mil gracias, Gabriel e Ilda!). Cuando ambas familias se reunían algunos días antes de Navidad para festejar el fin de año, siempre había una mistura de tradiciones heredadas de nuestros antepasados europeos y de la influencia criolla de ambos países que aún perdura en mi recuerdo.
Como licencia, en esta ocasión preparé la receta en molde cuadrado, aunque la versión original se realiza en formato redondo (como cualquier Pan dulce que se precie de tal) y, en ocasiones, también lo he visto con formato de budín. Claro, que como siempre ocurre con las recetas tradicionales, cada familia le pone su toque personal, coexistiendo diversidad de Panes de Pascua en todo el territorio chileno.
Se trata de una masa suelta, esponjosa (que se asocia muy bien con las frutas secas que lleva) y perfumada - pues, a diferencia de los panes dulces tradicionales con aromas a azahares o los panes especiados con perfumes más intensos, se recuesta sobre dos pilares interesantes: el ron (a veces se utiliza pisco en su lugar) y el café -. Si bien conozco otras versiones que se preparan con levadura fresca, esta receta (tal y como me la enseñaron) es mucho más simple y menos tediosa que aquellas.
Con esta receta participo en el Reto Especial de Navidad de Cocineros del Mundo "Recetas Navideñas"
Les dejo el listado de ingredientes para que puedan preparar esta receta.
En un bol, mezclá 3 huevos (de campo o pastoriles) con 100 gramos de manteca pomada. Añadí 1 y 1/2 taza de azúcar orgánica y batí hasta formar una crema.
Incorporá 3 tazas de harina leudante (o común), tamizada con una pizca de sal y 3 cucharaditas de polvo para hornear, intercalándola con 1 taza de leche tibia.Una vez que obtengas una mezcla homogénea, añadí 1 cucharada de café en polvo y 1 cucharada de ron (o de pisco). Mezclá bien con batidor de alambre.
Por último, agregá 1/2 taza de almendras picadas de manera grosera, 1/2 taza de pasas de uvas rubias y 1 taza de nueces cortadas en tropezones. Recordá enharinar la fruta para que no decante dentro de la mezcla, quedando de manera definitiva estacionada en el fondo de la masa.
Integrá toda la preparación muy bien, aportándole aire y volcala sobre el molde de tu preferencia, enmantecado y enharinado. Llevá a horno precalentado a 200° C por 30-40 minutos.
Entre los consejos más frecuentes a la hora de preparar esta receta está el de realizarla una semana antes de consumirlo para que mejore su sabor, conservándolo embolsado y a buen resguardo de la humedad y la luz (además de los golosos y glotones, claro).
Para acompañar este pan típico en Chile se prepara una bebida tradicional de esta época del año, llamada Cola de mono que tiene como ingredientes principales leche, pisco (aguardiente de uvas chileno), café, canela y azúcar.
Según me han contado los amigos de mis padres, el Viejito Pascuero (nombre que recibe Papá Noel en Chile) habría tenido su primera aparición en público hacia comienzo de los años 1900, cuando una famosa juguetería de Santiago contrató a un actor para que se hiciera pasar por San Nicolás (disfrazado como un anciano de barba blanca, vestido con una especie de túnica roja, que portaba un saco o bolsa grande de juguetes para regalarle a los niños). El personaje era anunciado en los avisos que la juguetería publicó en los diarios de aquellos días, logrando que todos los niños de la capital chilena quisieran conocer al personaje. Tan famoso se hizo, que para las Navidades del año siguiente la famosa juguetería repitió la experiencia, así como muchos otros importantes locales comerciales capitalinos que copiaron la idea, contando con sus propios Viejos Pascueros. El nombre, en definitiva, surgió de la propia gente que, al no saber cómo se llamaba, hablaba del personaje anciano que aparecía en la Pascua de Navidad (hoy en día, sólo Pascua) como del "Viejito Pascuero", inmortalizándolo hasta hoy en día.Disfruten del espíritu navideño que entre tantos aromas, historias, ambientaciones en los locales comerciales y nuestros propios hogares se va apoderando de nuestros días y nuestras vidas. Nos encontramos pronto con otra receta para las fiestas. ¡Bon appétit!