Lo importante en estos casos es pensar en las instalaciones en las que nos vayamos a mover, los utensilios que vamos a poder utilizar y si tendremos elementos de conservación. Para eso es bueno revisar, antes de decidirnos por un destino, la oferta disponible que tiene el mismo. Tanto para camping en el interior, como para camping en la playa, suele venir bien consultar la información disponible sobre sus instalaciones y servicios.
Cuando no vamos a contar con nuestra nevera habitual y otros electrodomésticos de nuestra cocina, lo mejor es pensar en recetas que se puedan conservar en buen estado durante unos días, aunque sea solamente con una nevera portátil y unos bloques de hielo, para evitar las posibles intoxicaciones y otros problemas.
- Gazpacho de fresas
- Gazpacho clásico auténtico
- Salmorejo de frutas
- Gazpacho de cerezas con helado de aceite de oliva
Otra buena posibilidad para ir a la playa es preparar ensaladas, que llevaremos en un taper sin aliñar, lo que haremos justo en el momento de servir. Aquí podéis utilizar lechugas y tomates frescos a comprar en el supermercado del camping o el pueblo en donde estéis y utilizar latas de conserva para el resto, como por ejemplo, atún, maíz, pimientos rojos, aceitunas, etc. Lo mejor es que verifiquéis la información de las instalaciones disponibles que tiene cada camping en la playa que estéis considerando visitar, para aseguraros de que tiene un supermercado donde comprar hielo, si tiene donde enchufar alguno de los aparatos que queráis utilizar y así evitéis riesgos. En cuanto a los pescados, los tengo retirados de las preparaciones a llevar, por miedo a los riesgos alimentarios. Prefiero pedirlos en las comidas que haga en restaurantes o chiringuitos, porque si estoy en la playa donde sé que van a prepararlos con pescado local y fresco. Es diferente el tema de las carnes. Uno de los platos que más llevamos cuando salimos unos días y vamos a estar en un camping, un apartamento o casa rural y hasta lo hemos usado para un viaje en barco de vela, son las carnes asadas. Recetas como el rabillo de cadera o la espaldilla a la miel y mostaza son infalibles. Si llevamos la pieza ya asada bien envuelta en film de cocina y luego papel aluminio, la podremos dejar en la nevera de hielos sin que se nos estropee durante varios días. (Recordad que la salsa la podéis guardar en un frasco tipo los de la mermelada, la dejáis dentro de la nevera de hielo y la calentáis cuando se vaya a consumir)