Ahora soy yo la que los hace, como es lógico. Desde hace algunos años, cada Navidad colgamos algo nuevo en el árbol, algo que haya hecho yo en casa, aunque reconozco que los años que hemos hecho viajes en los que por la fecha podemos visitar mercadillos navideños el adorno especial es un recuerdo de esa ciudad...
Desde que tengo el blog, además, he ido compartiendo lo que hacía, como estas bolas forradas con tela, o este abeto en fieltro.
El año pasado me encantó trabajar con el fieltro, así que para este año lo tenía claro desde el primer momento: tenía que ser algo navideño en fieltro.
Así que pensé en Sus Majestades, Los Reyes Magos.
Para hacerlos, lo primero fue dibujarlos, de forma muy básica, ya que luego hay que cortar y coser.
Luego hay que buscar fieltro en cada color que tengamos previsto utilizar.
Me ha resultado muy fácil encontrar cada hilo justo del mismo color que el fieltro, ya que hace muchísimos años que hago punto de cruz, así que os podéis imaginar la variedad de tonos que tengo de cada color...
Luego, calqué cada parte de cada rey en papel cebolla, haciendo así las plantillas para pasar al fieltro.
Dibujamos sobre el fieltro y recortamos con cuidado.
Como los adornos van rellenos, algunas piezas van por duplicado, como las coronas, así que puse el fieltro doble, sujeto con alfileres, para cortar, y así no hay que dibujar dos veces la plantilla.
Para hacer la parte de atrás de cada uno (vamos, el pelo), recorté primero la parte exterior de la barba, con dos piezas unidas. Separamos las piezas y seguimos recortando la que tiene dibujada la barba. La que no hemos seguido recortando será la parte de atrás.
Ahora hay que ir uniendo las piezas de cada Rey Mago. Yo lo he hecho con puntadas muy pequeñas de "punto atrás", de forma que parezca un pespunte.
Así, cosemos primero la barba sobre la cara, luego el bigote, y por último la nariz.
Ahora le toca el turno a las coronas, Para fijarlas, antes compruebo que quedan bien situadas las dos mitades, para que a la hora de cerrarlo me cuadren.
A continuación, y antes de unir ambas piezas, los ojos. Aquí no tenía claro lo que iba a hacer, así que empecé dibujando seis círculos sobre fieltro blanco, con lápiz y un punto negro grueso en el centro, con rotulador. Quedaba bien, pero no me convencía, así que sobre ese punto bordé con hilo doble negro. Se recortan los ojos y se cosen igual que el resto de las piezas.
Ahora sí, ya podemos unir las dos mitades de cada Rey Mago. Para rellenarlas cómodamente, lo mejor es comenzar a unirlas por la coronas, sin olvidarnos de que hay que poner algo para colgarlos del árbol.
Al principio pensé en baker's twine, pero al final busqué una cinta de falla en tono dorado suave, que fui cosiendo en la parte central de cada corona conforme la vaya cerrando...
Para las partes más cerradas, como las puntas de las coronas, nada más terminar de coserlas, empezaremos a meter pequeños montoncitos de miraguano, porque como esperemos al final, no va a haber manera...
Seguimos uniendo partes, cada una en su color, y haciendo un pespunte pequeño. Antes de terminar, habrá que rellenar del todo cada Rey Mago.
Por último, un toque de colorete. Primero se prueba en un trozo de fieltro para ver cómo queda.
Lo suyo es pasar el pincel antes por un trozo de papel de cocina, para retirar el exceso y no dar mucho color de golpe. Mejor tener que dar varias pasadas que pasarnos...
Y ya tenemos nuestros Reyes Magos listos para colgar en el árbol.
¡A ver si se portan bien este año!
Por cierto, ¿tenéis un Rey Mago favorito? El mío siempre ha sido Baltasar. ¿Y el vuestro?
¡Besitos!