¡Qué cifra tan grande y redonda!
No sé a vosotros, pero a mí, el haber llegado a una cifra de este calibre me ha hecho pensar seriamente en las calorías de más que habré ingerido durante este tiempo; también, en si el blog será, o no, el culpable de que me haya visto obligada a comprar unos vaqueros nuevos porque los de hace dos años, sorprendentemente, ¡han encogido!
Pero, definitivamente, tengo que admitir que el blog no tiene la culpa. La culpa es mía y solo mía. De nada ni de nadie más.
Podría haber dedicado este espacio de blogger a compartir ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE recetas ultra-light, 0% azúcar y 0% grasas.
Sin embargo, el día que lo abrí, opté por que fuera un lugar en el que compartir mis experiencias en el mundo de la cocina. Sin importar si eran más o menos light, más o menos sanas, con más o menos azúcar, o si tenían más o menos grasa. Un espacio en el que difundir tanto las recetas que se han hecho desde siempre en mi casa (eso sí, aligeradas al máximo), como mi versión de las recetas que voy encontrando por ahí.
Y como estos semifríos de melocotón que veis en las fotos me han encantado, he decidido que sean mi receta número 100. =))
En este caso es una preparación ligerita. No es, para nada, un postre pesado. Está elaborado con yogur y melocotones frescos (hay que aprovechar, que ya están desapareciendo del mercado!!). Y cada pastel toca a tan solo ¡¡20 gramos de azúcar!!
Y esta vez, por fin, fui buena y, aunque están de vicio, me comí sólo uno.
Es una de las dos grandes ventajas de presentar los pasteles individualmente: las que somos unas glotonas evitamos ir cortando pedacitos extra de un pastel grande ante los ojos del resto de comensales, que observan atónitos cómo irremediablemente el pastel va poco a poco desapareciendo de la fuente...
Fuente: Revista "Cocina Fácil", número 190, p. 47.
INGREDIENTES
- 3 melocotones grandes y maduros (si no los encontráis frescos, podéis utilizar melocotones en almíbar)
- 4 hojas de gelatina
- 1 cucharada de margarina o mantequilla fundida
- 3 yogures naturales
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 8 galletas María
- 80g de azúcar
- mermelada de frambuesa
PREPARACIÓN
- En primer lugar, poner la gelatina a remojo en agua fría. Por otro lado, triturar las galletas con una batidora eléctrica y mezclarlas con la margarina fundida. Colocar cuatro aros de silicona o metal sobre los platos en los que vayamos a servir este postre, y cubrir la base con esta preparación de galleta. Reservar.
- Por otra parte, pelar los melocotones, partirlos por la mitad y retirarles el hueso. Cortar una de esas mitades en dados, retirarlos a un pequeño bol, rociarlos con una cucharada de zumo de limón y reservarlos en el frigorífico. El resto del melocotón, con una batidora, triturarlo con el azúcar el zumo de limón restante, hasta obtener un puré.
- Calentar en un cazo unas 6 cucharadas de este puré de melocotón. Cuando rompa a hervir, retirarlo del fuego, agregar las hojas de gelatina escurridas y remover hasta que se disuelva por completo.
- Por último, agregar el resto del puré y los tres yogures y seguir mezclando hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados (a lo mejor es necesario que utilicéis, de nuevo, la batidora, para romper los pequeños grumos que puede formar el yogur).
- Cuando la mezcla de melocotón y yogur esté homogénea, repartirla en los aros, sobre la base de galletas. E introducir en la nevera durante un mínimo de 8 horas.
- Cuando los pasteles hayan cuajado, servirlos acompañados por los dados de melocotón y un 3 cucharadas de mermelada de frambuesa disuelta.
P.D.: Por si os preguntáis por cuál es la segunda gran ventaja de presentar los pasteles de manera individual...
¡¡¡Qué así todos engordamos a la vez!!!
¡¡Feliz semana!! =D