Hace tiempo leí que la sopa de tomate Campbell´s, la que inmortalizara Warhol en los 60, era una de las sopas enlatadas de mejor calidad. "No me extraña" pensé "¡si un tío la pintó es porque tiene que estar cojonuda!", así que movida por esta reflexión me fui a Taste of America a por una latita para comprobar si era verdad que estaba tan buena como para merecerse hasta un cuadro. Pagar 4 pavos por la dichosa sopita ya no me convenció mucho, pero el resto de la experiencia no fue mucho mejor pues en lugar de sopa parecía más bien tomate frito con una sobrecarga de azúcar importante y es que viniendo de América, uno no se puede esperar que algo no la contenga en cantidades industriales. Así que mi experiencia con la sopa Warhol no fue nada positiva y tal vez mi subconsiciente aún no había olvidado el antojo de comer una sopa de tomate como Dios manda, pero sin conservas ni sobredosis de azúcar. Si Warhol la hubiese probado, hoy la Cambell´s no sería la más famosa del mundo..., no os digo más.SOPA DE TOMATE A LA ALBAHACAIngredientes para 2 personas:6 tomates (si queréis un sabor más dulce, usad kumato o pera);1 cebolla fresca,1 diente de ajo; Agua; Sal; Aceite de Oliva; Pimienta Negra; 1 envase de albahaca fresca;
Comenzaremos por pelar la cebolla y el ajo y cortarlos en trocitos. Los ponemos a pochar en una cacerola con aceite. Añadimos un chorrito de vino blanco seco y dejamos evaporar. Lavamos los tomates, los partimos por la mitad y los despepitamos, los troceamos a cuadraditos y los añadimos al sofrito. Removemos bien durante unos minutos a fuego medio y añadimos el envase entero de albahaca para que se note bien el sabor. Añadimos sal y pimienta y echamos el agua, con que cubra el tomate será suficiente, pues el tomate suelta mucha agua y no queremos que nos quede demasiado líquida. Cocinamos todo junto durante unos diez minutos a fuego bajo. Pasado este tiempo, retiramos la albahaca, comprobamos cómo está de sal y si es necesario rectificamos. Y pasamos por la batidora hasta obtener una sopa fina. Servimos caliente con unas hojitas de albahaca fresca y un chorrito de aceite de oliva.
No me podréis negar que la receta es sencillísima y con poquísimos ingredientes. En general, cuando hago cremas me gusta que sepan al ingrediente principal y suelo elaborarlas con pocos adornos, ni siquiera con caldo, sino con agua, para respetar al máximo el sabor protagonista. Toda una delicia para todo tipo de público pues es totalmente vegana y tiene poquísimas calorías. Si queréis darle un toquecito, podéis añadirle un huevo pochado o unas lascas de jamón. Si no os gusta la albahaca, podéis probar con salvia que también le va fenomenal al tomate. No merece la pena comer sopas envasadas, tardando menos de 30 minutos en prepararla con ingredientes frescos y además es mucho más barata. ¡Hasta el próximo post!