Otra receta de las tradicionales de mi pueblo, Tolox, y que me temo que terminaremos perdiendo si seguimos babeando por la comida basura. Y no será porque no sea un plato exquisito y muy completo, vamos, que si comiésemos platos así a diario creo que pisaríamos menos las consultas médicas.
Este plato era el que preparaban muy a menudo los campesinos en mitad del monte, ya que era barato para sus bolsillos (cuando el precio del kilo del pan no superaba el de sus sueldos, claro) y sólo tenían que llevar encima un tomate, un pimiento, una cebolla, aceite y pan de días anteriores. Rodeaban todos el perol y a comer! Los mas afortunados con una cuchara de alpaca, otros con cucharas hechas en el coscorrón del pan.
Esta vez lo haremos con mas cantidad de verduras para no comer el pan tan seco como antaño. Aunque las cantidades de cada cosa son al gusto de cada cuál, a mi personalmente me gusta hacer un buen sofrito abundante para que el pan esté super empapado y delicioso!
Ingredientes (esta vez no pondré cantidades exactas porque dependerá mucho de los gustos y de los comensales que sean, pero en las fotos podéis ver la cantidad que utilizamos esta vez para tres adultos y un niño, que comió como otro adulto!) :
aceite de oliva virgen extra
tocino o panceta en tiras
ajos (echar bastantes)
cebolla
pimientos verdes de freír
tomates maduros
sal
pan de días anteriores (que sea tipo cateto, rústico, con el de viena no queda tan bien)
huevos (opcional)
Para acompañar:
pepino, uvas, naranjas, aceitunas partías, cebolla cruda,... (al gusto, normalmente ingredientes crudos y frescos)
Preparación:
Cortamos el tocino en tiras. Pelamos los ajos y los laminamos. La cebolla, los pimientos y los tomates los troceamos no muy grandes. Cortamos el pan en trocitos.
En un perol ponemos un fondo de aceite de oliva a calentar. Tostamos un poco el tocino o panceta en el aceite caliente. Cuando esté doradito añadimos los ajos, y antes de que se lleguen a quemar agregamos la cebolla y los pimientos. Dejamos pochar unos minutos hasta que se hayan ablandado, no hace falta que estén muy hechos. Entonces añadimos los tomates y salamos, dejamos sofreír hasta que los tomates se vayan deshaciendo. Ahora agregamos el pan y damos unas vueltas para que el pan se empape bien y tome todos los sabores. Ya podría estar lista para comer, aunque solemos acompañar esta sopa con unos huevos fritos. Y entre cucharada y cucharada, comemos algunas uvas, un trozo de naranja pelada, un bocado de pepino en tiras, unas aceitunitas, ... uuuuummmmmm
A esta sopa, como a nuestro sopeao era costumbre hacerle el bolo, que servía de segundo plato, que no era más que dejar un poco de la sopa en el fondo del perol y añadirle los huevos fritos o duros y un buen chorretón de aceite de oliva, se machacaba todo bien y a seguir comiendo hasta dejar el perol limpio.
Con esta receta tradicional en vías de extinción quiero participar en el concurso culinario organizado por Apicius, patrocinado por San Ignacio, Artepan, Taller de las tradiciones, La cocina de Plágaro, Oh!Menaje y Marvi Rótulos-Placas conmemorativas. A ver si tengo suerte!
¿Alguien mas se anima a participar? ¡Tenemos hasta el 30 de Noviembre!