Gamay es una de las seis variedades de uvas rojas “importantes” (Barbera, Nebbiolo, Sangiovese, Tempranillo, Zinfandel y Gamay). En realidad no hay mucho que se pueda decir sobre este varietal, aunque a mi me parece interesante y me gusta mucho. Es un poco controversial, dado que muchos puristas amantes del buen vino no se inclinan mucho hacia esta variedad de uva, ni los vinos que produce. Es cuestión de gustos, filosofía y utilidad. Lo digo porque miles de miles de litros de estos vinos se sirven en los bistros de París todos los años, todo el tiempo. Veamos.
Característicamente, gamay produce caldos que son flagrantemente afrutados, muy comúnmente con un sabor inconfundible a gelatina aguada, sabor a cereza negra. Por su sabor descaradamente afrutado y su ausencia de taninos, los vinos hechos con esta uva deben servirse ligeramente fríos.
Gamay en el mundo es producida casi exclusivamente en la región de Beaujolais, al Sur de Borgoña, con ciertas muy pequeñas excepciones en el Valle de Loira. Para los productores borgoñeses, este varietal es un descanzo y una alternativa a la pinot noir, dado que gamay madura dos semanas antes que pinot noir, es mucho menos dificil de cultivar, y produce pagos más abundantes. (“Pagos más abundantes” quiere decir mayor rendimiento de litros por hectárea sembrada). Imagínense ustedes… en Julio de 1395, Felipe el Calvo, Duque de Borgoña, prohibió por edicto el cultivo de esta uva, refiriendose a ella como “disloyal Gaamez” Vuelvo y repito, para muchos puristas y amantes del vino, gamay insulta un poco la elegancia y la astronómica reputación de la pinot noir.
Pero en mi mente, un varietal no tiene mucho que ver con el otro. Gamay obtiene su “estres hidrológico” tras sus cortas y llanas raices, que sumado a los terrenos alcalinos de Beaujolais, la viña desarrolla su “vigor” y por lo tanto luego entrega concentración de fruta en sus jugos. También entrega alto nivel de acidez, y este es controlado a través de un proceso llamado maceración carbónica. Este proceso ascentúa aun más las propiedades afrutadas de estos vinos, y le da ciertos aromas y sabores tropicales, como a banana. Pero típicamente, estos vinos son ligeros en cuerpo, y son afrutados, con sabores a cereza amarga, pimienta negra, bayas secas y pasas de grosella negra.
Gamay es también la uva que produce el vino “Beaujolais Nouveau”, que sale al mercado cada año justo antes de la celebración del día de acción de gracias. Este vino encuentra su alto consumo en el mercado norteamericano, dado que marina estupendamente bien con la carne del pavo servido en acción de gracias. Beaujolais Nouveau es producido en los terrenos aún más alcalinos del Sur de Beaujolais, donde la uva es incapaz de producir vinos bebibles, salvo gracias al uso extensivo de la maceración carbónica. Los niveles acídicos de esta uva producida en las laderas de piedra caliza de Pierres Doreés del Sur son simplemente muy altos como para producir vinos de atractivo alguno, fuera de estos vinos de salida inmediata, que son los Nouveaus.
Pero apartémonos de la imagen del Beaujolais Nouveau; y para no repetir lo que ya escribí recientemente sobre estos vinos, les refiero a mi artículo titulado Borgoña, en el que ennumero las diez villas (y parcelas) de Beaujolais. Solo me queda decir que de esas diez, mis favoritas personales son: Moulin-á-vent y Morgon.
Si son vinos que poseen su atractivo y su momento y espacio, y además su contenido intelectual interpretable y disfrutable, y hasta su cualquier estructura, muy por el estilo de su prima, la pinot noir; se los digo yo. Por el momento, podemos contabilizar a gamay como una de los varietales producidos en Burgundy. ¡Salud a todos!
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