Este verano recorrí en coche una parte de Francia y pude degustar algunas de las delicias y especialidades del país vecino. Ya conocéis la devoción de los franceses por la repostería, los dulces y los panes. Ellos han sido los inventores de un montón de técnicas, preparaciones y recetas y tienen incluso nombres distintos para cada textura.
La masa sablé es la empleada en galletas y pastas de té y designa a la pasta azucarada que se utiliza como base en tartas. Lleva como ingredientes harina, mantequilla, azúcar glase, huevos y sal. Tiene una textura que tiende a desmenuzarse y necesita una refrigeración para que no quede muy elástica.
En el libro en el que aparece esta receta la denominan Tarta cremosa al chocolate de Bayona y no os podéis imaginar el delirio de los chocolateros de mi familia al probarla.
Para 12 personas:
1. Para la masa sablée al cacao:
- 10 g de azúcar glace
- 2 cucharadas soperas de cacao en polvo
- 250 g de harina de trigo
- 100 g de mantequilla
- 1 huevo
- 1 pizca de sal
2. Para la crema de chocolate:
- 400 mL de nata líquida para montar
- 300 g de chocolate negro (si es al 65% de cacao mejor)
- 200 mL de leche
- 2 huevos
Comenzamos con la masa sablée de la base de la tarta. En un bol grande o ensaladera se mezcla el azúcar glace, la sal, el cacao en polvo y la harina.
Se corta la mantequilla en trocitos y se mezcla groseramente con la harina chocolateada y azucarada.
Se hace un agujero en el centro y se casca el huevo entero. Con los dedos se trabaja la masa, recogiendo la harina de las paredes y aplastando la mantequilla, hasta que quede una textura homogénea. No hace falta amasar en exceso, pues no es necesario que quede elástica.
Se envuelve en papel film y se introduce en la nevera para que se enfríe durante 1 hora.
Mientras tanto preparamos la crema del relleno. En una cacerola se pone al fuego la nata hasta que comience a hervir. Se retira del fuego y se agrega el chocolate negro troceado. Con una espátula mezclamos todo hasta que quede una crema lisa. Se incorpora la leche fría y los huevos y se mezcla de nuevo. Se deja templar y se mete en la nevera hasta su utilización.
Se engrasa un molde redondo con los bordes torneados con mantequilla, se espolvorea con harina y se agita un poco para que se reparta por toda la superficie. Se le da la vuelta para retirar el exceso de harina que no se haya pegado a la mantequilla.
Se saca la masa de la nevera. Se estira con ayuda de un rodillo. No os preocupéis si se os desmenuza (a mi me pasó) pues se pegan muy bien los trozos al molde y se trabajan con los dedos. Se extiende la masa dejándola con un grosor de unos 2 mm.
Molde engrasado y enharinado
Masa estirada
Se cubre con un papel de aluminio, se rellena con garbanzos secos para hacer peso y se hornea (en blanco se denomina la operación) 10 minutos a 180º C.
Una vez cocida la masa se retira el papel con los garbanzos. Se vierte la crema de chocolate encima de la masa sablé y se vuelve a introducir en el horno durante 8-10 minutos.
Se deja reposar una media hora antes de degustar.
Con esta tarta celebramos los cumpleaños de Álvaro y Luis.