Revista Cocina
En martes, ni te cases, ni te embarques, ni de tu casa te apartes.
La mala suerte se convierte los martes 13 en España, países de Latinoamérica y Grecia en temas de conversación. Hay incluso una fobia específica de este día, la trezidavomartiofobia, aunque en países anglosajones la superstición va unida a los viernes (de ahí el título de la terrorífica película Viernes 13).
Hoy por lo tanto, se supone que mejor no debería publicar, no debería abrir el blog….y quien me conoce, una vez más, sabrán que “nado contra corriente”….que el número 13 es para mi especial, símbolo o señal de buena suerte….
Aunque si he de reconocer que para nada soy supersticiosa, bueno a veces.....sí que tengo ciertas, llamémosles manías; como por ejemplo no dejar unas tijeras abiertas, no tirar la sal o aconsejar (tal y como hacían los antiguos egipcios) poner sal en el suelo de una nueva casa o construcción…añadiéndole como decía mi madre y mi abuela, una botellita de vinagre y otra de aceite.
Pero volviendo al Martes ¿Por qué los Martes y los trece son negativos? ¿Por qué la creencia de mejor no moverse un día como hoy en ningún aspecto de la vida e incluso temerle a la dualidad Martes 13 para tomar ciertas iniciativas en la vida?
Viene de siglos. En la antigua Roma, tal día como hoy de la semana, era dedicado al Dios Marte, dios de la guerra, de la sangre y la violencia (por cierto, éste Dios, también dio nombre a nuestro vecino planeta rojo).
Para los griegos, el trece era un número sagrado, dedicado a Zeus, el Rey del Olimpo, al que acompañaban doce dioses; sin embargo, la negatividad de éste número nos llega desde la mitología nórdica, antes de la fatalidad que le atribuye la era cristiana. Doce dioses fueron invitados a un banquete en el Walhalla. Loki, el espíritu de la pelea y del mal se introdujo sin permiso en la fiesta, lo que sumó el número de comensales a 13. En determinado momento se produjo una lucha para expulsarlo, en la que Balder, el dios favorito, encontró la muerte.
El número 13 está en nuestra superstición más reciente, en la cena más famosa de la historia, la Última Cena, de Cristo y sus apóstoles, los comensales eran trece. Por esta razón, desde principios de la era cristiana, produce pavor que 13 personas estén sentadas a una mesa”.
Así, desde tiempos medievales, en España y Grecia, y también en Latinoamérica, se considera que la coincidencia del día del dios de la guerra y la muerte con el número de la muerte traen "mala suerte".
Si se analizan las razones que nos han ido dando la historia, la mitología o las creencias populares igual sobran razones, pero no hay que olvidar que no tienen fundamentos científicos, por lo que tengo muy claro que sólo se trata de un mito.
Nademos contra corriente, embarquémonos, seamos positivos y consideremos éste Martes día 13 un día de buena suerte, de buena fortuna; démonosle color, dulzor y sabor a la vida, sean felices y hagamos felices a los que nos rodean. Horneen un delicioso y riquísimo pastel de chocolate…y denles la vuelta a la mala fortuna, a la mala suerte….sean positivos ¿Se animan?
Pues manos a la obra…a la masa de éste delicioso pastel que me cautivó nada más verlo el pasado Viernes en el blog de mi querida amiga y admirada Dolors, llamado "Cuinant". Verlo, copiar la receta y hacerlo fue todo rapidísimo.
No había probado éste pastel, la torta Caprese, una receta deliciosa, sencilla, sin harina (apta para celiacos), un pecado original, genial para los amantes del chocolate e investigando, leyendo sobre sus orígenes, he llegado a saber que es italiana, concretamente de la isla de Capri, en el Mar Tirreno, frente a Nápones.
No se sabe con exactitud quién fue su autor, pero alrededor de ésta delicia corren dos historias muy curiosas.
Hay quien dice que un pastelero llamado Carmine di Fiore recibió el encargo de preparar un pastel de chocolate, para tres señores americanos, que se dedicaban a asuntos no demasiado legales. Debido a la presión que significaba cocinar para elementos tirando a peligrosos, olvidó añadir la harina al pastel. Afortunadamente gustó tanto, que continuó elaborándola hasta convertirse en un dulce típico de la zona.
La segunda hipótesis sobre el origen de la Caprese dice que, uno de los reyes de Nápoles se emparentó con princesas austriacas. Éstas pidieron al pastelero real una Tarta Sacher, quien nunca la había preparado (les dejo el enlace a la receta para que no les ocurra lo mismo… Tenía idea más o menos de los ingredientes, pero se olvidó de la harina….les entusiasmó de tal modo que tuvo que seguir preparándola según su olvido.
De una manera o de otra la “Torta Caprese” nació por una cuestión de mala suerte… Igual en un Martes y trece.
Si creen en las supersticiones o por si al caso…..entren en la cocina con el pie derecho, átese una cintita roja en la muñeca, no tiren sal en la cocina…..¡¡ crucemos los dedos y a disfrutar el día !!
¿Cómo la hice?
He de confesar que no seguí fielmente la receta, añadiendo a las almendras, cacahuetes, coco rallado y un poco de ron miel
Ingredientes:
200 grms de almendra molida, cacahuetes y coco a partes iguales (las almendras y las avellanas si están crudas, tostarlas unos minutos en el horno y dejarlas enfriar por completo antes de triturarlas), 150 grms. de mantequilla, 150 grms. de azúcar, 5 huevos, dos cucharadas soperas de ron miel, 200 grms. de chocolate negro, azúcar glas y guindas en almibar para decorar.
Los pasos a seguir:
Precalentar el horno a 160º C.
Sacar los huevos y las mantequillas del frigorífico, es conveniente que estén a temperatura ambiente.
Untar con mantequilla un molde desmontable de 24 cmts., forrando la base con papel de hornear.
Picar las almendras y los cacahuetes de forma que no se hagan harina, que queden trocitos (suelo hacerlo en una picadora)
Separar las yemas de las claras y reservar.
En un cuenco poner la mantequilla y la mitad del azúcar, batir con unas varillas hasta que la mezcla blanquee. En ése momento ir añadiendo las yemas de una en una sin dejar de batir hasta conseguir una mezcla homogénea.
Mientras, trocear el chocolate y fundirlo en un recipiente al baño maría hasta que esté completamente fundido, sacar del agua y dejarlo que entibie.
En el cuenco de la mezcla anterior, incorporar el chocolate fundido, poco a poco, removiendo lentamente a fin de que quede bien mezclado, agregando a continuación la almendra, la avellana bien picadas, el coco y el ron miel, mezclando todo el conjunto con una espátula hasta que quede bien homogénea la mezcla.
En otro cuenco echar las claras con una pizca de sal e ir batiéndolas, cuando estén espumosas ir añadiendo poco a poco la otra mitad del azúcar sin dejar de batir hasta que las claras estén montadas.
Añadir poco a poco el merengue (las claras montadas) a la mezcla del chocolate con movimientos envolventes, despacio, procurando que no se bajen las claras.
Echar la masa en el molde desmontable e introducirlo en el horno bajándolo a 150º C, dejándolo hornear unos 40 minutos aproximadamente.
Sacar del horno, comprobar antes con un pincho que no esté hecho...si fuese necesario dejar unos minutos más.
Dejar enfriar antes del desmoldar.
Una vez frio echar por encima azucar glas, regar con un poco de chocolate derretido y adornar con las guindas....
Feliz Martes 13