Después de publicar la receta de la masa madre, he dado muchas vueltas a que pan me parecía el mejor para poner como primera opción, sobre todo para los que no habéis hecho nunca pan y que os animarais.
He dudado entre un molde muy fácil y que sale muy rico y este. Ambos comparten características de elaboración, que creo que los hacen ideales para principiantes, muy fácil amasado, es una masa seca pero no dura y fácil de trabajar, no se te pega ni a los dedos ni a la mesa de trabajo. No requiere "demasiada" anticipación, para lo que es el pan, no necesitas harinas especiales y al final me he decidido por esta torta porque tampoco requiere una técnica especial de formado.
Además la Torta de Aranda es todo un clásico castellano, un buen lechazo asado, con un Ribera del Duero y una Torta de Aranda y rozas el paraíso. Yo creo que panes planos de aceite existen en muchos pueblos de España, pero en Aranda de Duero y Peñafiel, es donde yo he probado los mejores.
INGREDIENTES.
500gr. de harina panificable o 250gr. de fuerza y 250gr. normal.10gr. de sal.300ml. de agua.5gr. de levadura fresca o 1,7gr. de levadura seca.30ml. de aceite de oliva virgen extra y un poco más para el acabadoSal en escamas o gorda. (opcional).
ELABORACION.
Mezclamos todos los ingredientes excepto el aceite en un bol amplio. Una vez todo bien incorporado, comenzamos el amasado y vamos incorporando poco a poco el aceite. El amasado es muy sencillo porque es una masa seca y además el aceite lo hace aun más sencillo. Con 10 minutillos de amasado es suficiente.
Una vez bien amasado, eso lo notamos porque la masa queda elástica y con la superficie muy lisa, lo dejamos reposar en el bol cubierto por un paño húmedo, durante una hora y media aproximadamente.
Cuando ha pasado el tiempo de reposo, tenemos que elegir el tamaño de formado. Yo dividí la masa en 4, de donde salen 4 tortas de unos 250gr y 20 cm de diámetro, pero se puede dividir solo en 2 y quedan unas tortas grandiosas.
Una vez decidido el tamaño, dividimos la masa, y con la ayuda de la mano vamos aplanando la masa, hasta que quede una torta de una altura de 1,5cm de alto. Las colocamos sobre un paño de lino, si tenemos y si no sobre papel de horno y las tapamos con un paño húmedo y así las dejamos fermentar durante un par de horas.
Al pasar las 2 horas las tortas abran crecido, sobre todo en altura, aunque no es necesario que doblen el tamaño como otro panes. Y ya solo nos queda el acabado.
Con ayuda de los dedos hacemos unos "pocillos" y los rellenamos con aceite de oliva virgen extra o bien lo pincelamos. En la receta original no aparece, pero a mi me gusta espolvorear un poco de sal en escamas o sal gorda y al horno.
El horno tiene que estar precalentado a 250 grados arriba y abajo. A la vez que metemos el pan al horno, generamos vapor echando medio vaso de agua en la bandeja del fondo y bajamos la temperatura a 210 grados y las dejamos unos 25 minutos.
¡A vino nuevo, odres nuevos!". San Marcos 2, 22