Es un lugar común dentro del ámbito animalista el decir que "todos estamos en lo mismo" o que "todos buscamos lo mismo" y otras afirmaciones similares. Es posible que un (auto)engaño repetido muchas veces haga que la gente lo considere verdad - tal y como pensaba Goebbels - pero eso no lo convierte en verdad. La verdad es independiente de nuestras creencias u opiniones. Aunque todos creyéramos que no hay miles de millones de animales nohumanos siendo esclavizados y asesinados, este hecho seguiría siendo verdad aunque no tuviéramos conocimiento de ello o nuestra creencia estimara justo lo contrario.
Los hechos demuestran que esas afirmaciones son radicalmente falsas. No hay un solo movimiento animalista. No hay una sola postura frente al tema del especismo. No hay una única forma de pensar sobre el problema en nuestra relación con los demás animales. Lo que sí hay son varias teorías que, partiendo de presupuestos propios, analizan el valor moral de los animales nohumanos y llegan a conclusiones distintas sobre cómo deberían ser nuestras relaciones con ellos. Y es relativamente fácil apreciar que hay al menos tres filosofías sobre esta cuestión. Filosofías que al ser asumidas obviamente conducen a creencias, valoraciones y comportamientos bien diferentes.
Un movimiento, por definición, consiste en la traslación de un objeto desde un punto concreto a otro punto concreto y para llegar del uno al otro tiene que recorrer un determinado trazado. Partiendo de esta noción veremos que las tres posturas no parten del mismo lugar, ni pretenden llegar al mismo objetivo, y que recorren diferentes caminos para intentar llegar a su destino.
Voy a exponer de manera concisa una síntesis sobre estos tres movimientos principales que existen dentro del ámbito animalista, en orden cronológico:
- Proteccionismo
Con el nombre de proteccionismo me referiré a aquella postura que considera que los animales nohumanos deben ser protegidos únicamente en tanto que esto beneficie al ser humano. En realidad, ese nombre sería una mera etiqueta, puesto que no existe ninguna autodenominación propia. Y esto se debe en gran medida a que dicha filosofía no tiene entidad independiente, sino que es una derivación directa del antropocentrismo moral.
El proteccionismo se basa en la idea de que no debemos ser "crueles" con los demás animales porque eso puede perjudicarnos a nosotros - los humanos. Es una filosofía que parte asumiendo el especismo como base. El proteccionismo por supuesto no condena el uso de los nohumanos, ni ninguna forma concreta de utilizarles. Tan sólo afirma que hay que limitar o refinar el uso que hagamos de ellos para evitar que pueda dañarnos a nosotros - los humanos - en alguna manera.
Esta forma de pensar aparece reflejada en el pensamiento de Kant. Este importante filósofo pensaba que sólo los humanos tenían valor moral inherente, y que los otros animales eran simples medios para los fines humanos, y no merecían ningún respeto por sí mismos, sino que tenían tan sólo un valor instrumental. En palabras del propio Kant:
"El trato violento y cruel a los animales se opone mucho más íntimamente al deber del hombre hacia sí mismo, porque con ello se embota en el hombre la compasión por su sufrimiento, debilitándose así y destruyéndose paulatinamente una predisposición natural muy útil a la moralidad en la relación con los demás hombres"
No es difícil encontrar a gente que se opone a la caza, o a la tauromaquia, o a las peleas de perros,..., pero no porque todo ello perjudique a los interés de los animales nohumanos, sino por considerar que esas actividades degradan la moralidad de los seres humanos y fomentan la insensibilidad moral y la crueldad entre ellos mismos. Es decir, que lo relevante no es que la violencia se cometa contra otros animales, sino que esa violencia perjudica directa o indirectamente a los seres humanos.
El profesor Francione resume esta postura, señalando antecedentes de ella anteriores a Kant:
"Gente como Santo Tomás de Aquino, John Locke, Immanuel Kant y otros, argumentaban que estaba mal infligir crueldad gratuita a los animales porque esto haría más probable que seamos crueles entre nosotros. Pero esto no tenía nada que ver con el reconocimiento de que los animales tenían significado moral. Esto tenía que ver con una preocupación sobre los humanos, y con la conexión entre el tratamiento cruel de los animales y el resultante abuso de otros humanos."
También sucede que desde la postura proteccionista se denuncia y rechaza la experimentación con animales nohumanos por considerarla poco o nada efectiva para beneficiar a los seres humanos. De nuevo, vemos cómo el problema que se señala está en que una determinada práctica, que implica utilizar a animales nohumanos, no está beneficiando a los seres humanos, e incluso les está perjudicando.
Es esencial tener cuenta que esta postura parte del especismo, es antropocéntrica, pero además también establece discriminaciones especistas dentro de la categoría de "animales" (nohumanos). Veremos que muchos proteccionistas se centran exclusivamente en perros y gatos, o sólo primates nohumanos, o sólo en mamíferos. El motivo de estas discriminaciones está en la preferencia personal: sólo se ocupan de aquellos nohumanos que son sentimentalmente importantes para ellos. Es una sub-clase de especismo denominada especismo de preferencia.
En definitiva, el proteccionismo no reconoce un valor moral inherente a los animales que no son humanos. No considera que tengan derechos morales ni que puedan tener derechos legales. Por desgracia, ésta es actualmente la ideología predominante y ampliamente mayoritaria en nuestra sociedad. Por fortuna, no es la única que existe ni la única que tiene partidarios.
- Bienestarismo
Cuando hablamos de bienestarismo es habitual que se confunda automáticamente con las medidas de "bienestar animal". Pero es importante reconocer que no son lo mismo. El "bienestar animal" es la etiqueta para denominar a las regulaciones legales sobre la forma en que se utiliza a los animales nohumanos. Los bienestaristas, casi en su totalidad, suelen apoyar este tipo de medidas por considerar que "reducen el sufrimiento", pero también lo hacen los proteccionistas, por considerar que beneficia a los humanos al mejorar la calidad de los productos que se obtienen de la explotación de nohumanos.
El bienestarismo es una postura ideológica definida por Jeremy Bentham, el padre filosófico del utilitarismo. De hecho, el bienestarismo es una rama del utilitarismo, que se caracteriza por considerar que los únicos elementos moralmente relevantes son el el dolor y el placer ("sufrir y disfrutar" también dirán) y que nuestro deber es reducir o evitar el dolor - el sufrimiento -, y favorecer y aumentar el placer - la felicidad o el bienestar. Ahora bien, como los demás animales también experimentan dolor y placer, su interés en evitar el sufrimiento y en disfrutar de la felicidad debería ser tenido en cuenta en todas nuestras acciones que pudieran afectarles. Es muy citada esta frase del propio Bentham:
«La cuestión no es ¿pueden razonar?, ni ¿pueden hablar?, sino ¿pueden sufrir?»
Lo novedoso del bienestarismo está en que es la primera vez en la historia que los animales nohumanos son tenidos en cuenta por ellos mismos, y no sólo en relación con los intereses humanos. El bienestarismo supone ciertamente un cambio de enfoque en la visión moral sobre los animales nohumanos. Pero es esencial destacar también que el bienestarismo rechaza la noción moral de derechos y del valor intrínseco del individuo. No tienen en cuenta la individualidad o la voluntad de las personas implicadas. Conceptos morales como la igualdad o el respeto son secundarios o simplemente inexistentes. Todo está supeditado al objetivo final: aumentar bienestar/reducir sufrimiento.
Por todo ello, es compatible con el bienestarismo aceptar la utilización de animales nohumanos (o humanos) para conseguir algún determinado fin que tenga relación con su objetivo de reducir/eliminar el sufrimiento. No importa si para ello hubiera que sacrificar a determinados individuos. Peter Singer (el filósofo más representativo de bienestarismo actual) lo deja claro al apoyar explícitamente el uso de animales en experimentos (y otros fines).
El principal objetivo de los bienestaristas es el sufrimiento - eliminarlo o reducirlo todo lo posible. Un bienestarista sólo evalúa los medios en tanto que le resulten útiles para conseguir lograr ese objetivo. Un activista del bienestarismo como es Mat Ball, lo resume de esta manera:
"En EEUU, dada la cantidad de animales no humanos que están sufriendo, la intensidad de su sufrimiento, y el hecho de que se les provoca el sufrimiento intencionadamente, creo que la liberación animal es el imperativo moral de nuestro tiempo. Deberíamos centrar nuestra atención en acabar con este sufrimiento de la manera más eficiente y rápida posible."
No obstante, es permisible provocar sufrimiento si con ello se consigue el objetivo de reducir o eliminar el sufrimiento general. ¿Contradictorio? No lo sería desde una perspectiva consecuencialista (el fin justifica los medios). Es por ello que tradicionalmente, los partidarios del bienestarismo han promovido y apoyado la reforma de la esclavitud de los animales nohumanos. Aunque en las últimas décadas ha habido un progresivo desplazamiento o simultaneidad con medidas más radicales como el vegetarianismo (entendido como no-consumir animales), aunque cada bienestarista lo interpreta a su modo en mayor o menor grado. Muchos se consideran veganos por el hecho de no participar en la explotación de los animales nohumanos, aunque su objeción no es contra la esclavitud o la explotación sino solamente contra el sufrimiento. Pero de este aspecto hablaré más adelante en último punto.
Un ejemplo práctico que muestra como el criterio del sufrimiento es el único que importa a los bienestaristas se puede ver en su apoyo al proyecto de la carne de laboratorio o carne "in-vitro". Aun siendo conscientes de que se trata de una medida que sigue implicando esclavizar y asesinar a animales inocentes, ellos apoyan esta medida porque "reduce el sufrimiento".
Hay que señalar que el bienestarismo no es una ideología monolítica. Hay diversas variantes (como la hay dentro del propio utilitarismo). Al menos tres de ellas: 1) habrá bienestaristas que fomenten reducir el sufrimiento en el uso de los animales animales. 2) Habrá otros que consideren que no debemos causar sufrimiento y que por tanto rechazan el uso mismo por considerar que todo uso provoca sufrimiento. 3) Habrá otros que vayan más allá y que postulen directamente anular el sufrimiento de todos los seres sintientes que habitan en el mundo. Es por esto último que muchos de ellos se consideran "abolicionistas". Pero no son abolicionistas de la esclavitud, porque su postura frente a la esclavitud vendrá determinada por el grado de bienestar que produzca, sino que son en realidad abolicionistas del sufrimiento.
El bienestarismo merece un análisis más detallado para poder comprenderlo cabalmente, pero aquí sólo apuntaré sus rasgos más básicos, para poder diferenciarlo del proteccionismo, y del veganismo, sobre el que hablaré a continuación.
- Veganismo
En este tercer lugar, podría haber mencionado a los Derechos Animales para referirme a la tercera postura con entidad propia, pero el veganismo es anterior históricamente a la formulación teórica de la ética de Derechos Animales y es la base que lo fundamenta. Por todo ello, antes de hablar de Derechos Animales debemos hablar de veganismo. Hablar de Derechos Animales sin veganismo, es como hablar de Derechos Humanos sin abolición de la esclavitud.
Me referiré de manera concisa a aquellos aspectos fundamentales del veganismo que destacan por su diferencia con otras posturas.
El veganismo surge en 1944 como un movimiento propio, diferenciando del vegetarianismo y del bienestarismo, y de cualquier otra postura antropocéntrica. El veganismo no acepta el especismo, porque reconoce que todos los seres sintientes tienen un valor intrínseco que debemos respetar por igual. El veganismo rechaza cualquier uso de animales nohumanos para propósito humanos. El veganismo está a favor de la liberación de los demás animales de nuestra dominación sobre ellos.
Quien primero definió el veganismo fue Leslie Cross, vicepresidente de la Vegan Society durante las primeras décadas de su existencia:
«La palabra “veganismo” tiene un significado tan simple como preciso. Significa: la doctrina de que los (animales) humanos debemos vivir sin explotar a los animales (nohumanos). Debido a que la cuestión de la definición es una tan obviamente importante, voy a solicitarles que sean tan amables de comprometerse con la memoria, de forma que cuando usemos la palabra “veganismo” todos estemos pensando en lo mismo. Veganismo entonces, es la doctrina de que los humanos deben vivir sin explotar a los animales.»
El veganismo es incompatible con el antropocentrismo moral y con el bienestarismo. No acepta el prejuicio del especismo, ni tampoco el dogma utilitarista de que el dolor es malo y debemos hacer todo lo posible por eliminar el sufrimiento del mundo. El veganismo se basa en el fundamento del respeto por la persona, por su voluntad y sus intereses. Es muy similar al feminismo en su idea esencial y tradicional. El veganismo considera que los demás animales deben ser considerados y respetados como personas, y por tanto no debemos tratarles como objetos o recursos para nuestro beneficio. Ésta es la idea fundamental.
El veganismo implica, por consiguiente, dejar de participar en cualquier actividad o producto que conlleve utilizar a los animales nohumanos. Así como centrar nuestros esfuerzos en lograr que el veganismo se difunda en la sociedad y de ese modo conseguir una base social que nos permita abolir el estatus de propiedad de los nohumanos en un futuro próximo. ¿Utópico? Bueno, lo mismo se decía de la abolición legal de la esclavitud humana o de la revindicación feminista de iguales derechos para las mujeres. Ahora sabemos que esas objeciones eran equivocadas.
Me gustaría terminar señalando que no es poco habitual encontrarse con personas que se auto-denominan veganas de manera errónea para querer decir en realidad que son vegetarianas, o son bienestaristas que se oponen al uso de animales nohumanos porque están en contra del sufrimiento (si se pudiera utilizar a los demás animales sin causarles ningún dolor no tendría objeción moral en que se les usara). Obviamente, ni su pensamiento ni tampoco su conducta coincide con el significado propio del veganismo que aquí estoy desarrollando, puesto que no están en contra de nuestra dominación sobre los demás animales como principio moral.
De todos modos, sobre estas distorsiones del veganismo ya hablé en un artículo anterior, y no creo que sea necesario añadir nada más, salvo la intención de que procuremos evitar ese uso distorsionado del término.
Termino con estas palabras de Gary Francione:
"El veganismo no es una mera cuestión de dieta; es un compromiso moral y político hacia la abolición en el ámbito individual y alcanza no solo lo referente a comida, sino también la ropa, otros productos, y otras acciones y elecciones personales.
Transformarse en un vegano es lo único que podemos hacer hoy –ahora mismo- para ayudar a los animales. No requiere una campaña onerosa, la necesidad de una gran organización, legislación, o cualquier otra cosa que no sea nuestro reconocimiento de que si “derechos animales” significa algo, es que no podemos justificar el consumo de carne (incluyendo a los peces), lácteos, huevos o cualquier otro producto animal.Representa un repudio a la condición de objeto de los no humanos y el reconocimiento de su valor intrínseco.
El veganismo también es un compromiso con la no violencia y el movimiento por los derechos animales debería ser un movimiento de paz, y debería rechazar la violencia contra todos los animales no humanos y humanos."
En definitiva, me parece claro que las evidencias muestran que en realidad no hay "un movimiento", sino que hay al menos tres posturas singulares y bien diferenciadas entre sí dentro del ámbito animalista. Ciertamente existe algún punto en común entre todos ellos, como es la referencia y la preocupación por los animales nohumanos; pero sus fundamentos, su desarrollo y sus objetivos son notablemente distintos e incompatibles entre sí. Alguien podría decir que hay otras posturas distintas, pero todas las que he conocido son similares o meras variantes de las que he expuesto.
No he entrado a debatir la validez lógica y empírica de cada postura. Porque la cuestión que pretendo resaltar aquí no es tanto cuál de las teorías es la correcta, sino más bien dejar muy claro que no todos defendemos lo mismo ni estamos en el mismo movimiento. Quien pretenda mantener esta idea, una de dos: o no está bien informado o pretende simplemente engañar(se). Ninguna de estas dos actitudes es aceptable, y no es aceptable por más tiempo seguir creyendo o fomentado la idea de que existe "un movimiento" (un solo movimiento) en lo que se refiere a la defensa de los animales nohumanos.
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