Revista Cine

Últimas lecturas de un verano de cine

Publicado el 09 septiembre 2013 por Cineinvisible @cineinvisib

Desde el mismo momento en que imaginé Cine invisible, supe que una sección tenía que estar dedicada a los puentes que se establecen entre las palabras de los libros y las imágenes de las películas. Personalmente unas me han llevado a las otras y viceversa. Un film interesante me impulsado a leer la novela en la que se basaba o, un millón de veces he pensado “que escritura más cinematográfica”, para descubrir, años después, su adaptación a la gran pantalla. Por ello con un cierto retraso (tantas cinematografías y tan poco tiempo), ahí va la primera entrega.

El aliento: Guerra mundial Z de Max Brooks (Books4pocket)

La verdad es que leer un libro sobre zombis me parecía una temática bastante previsible, o sea, muerto resucitado que persigue al vivo hasta que se lo carga. Suspense, lo que se dice, suspense… no le encontraba. Vi la película y me resultó flojita pero como, me comentó una buena fuente, no tenía nada que ver con el libro, y como el autor es hijo del cineasta Mel Brooks y de la actriz Anne Bancroft, más por ellos que por él, me animé a llevármelo de vacaciones. 

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Lo único que la película ha sabido guardar de la historia es el aliento narrativo. La novela es un exquisito tratado de geopolítica internacional moderno en que, a través de un supuesto Informe de la Comisión de Postguerra de Naciones Unidas tras el ataque del paciente cero chino (en el film se cambia la nacionalidad para no cargarse un mercado de mil millones de espectadores), se van analizando las poco hábiles maniobras gubernamentales, la inercia de los políticos, los miedos de toda una sociedad y sinfín de temas brillantemente tratados, sin un protagonista específico, salvo la voz irónica y quirúrgica del autor del citado informe. Resultado: un total descubrimiento y una gozada de lectura.

La inspiración: Michael Kohlhaas de Heinrich von Kleist (Alba Editorial)

Cómo me gusta revisar los clásicos, las sorpresas son verdaderamente alucinantes. Como con este relato de 1810, mito fundador de toda una generación de literatos, con Franz Kafka a la cabeza. El protagonista de este relato, llevado a la gran pantalla con toda la elegancia y entereza del actor Mads Mikkelsen, constituye el primer indignado luchando contra la autoridad por estimarla injusta en su forma de actuar, tiene más actualidad que el 90% de las novedades editoriales.

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La película recoge la inspiración de la novela pero añade más importancia a los personajes que rodean a este magnífico mercader del siglo XVI. Lo único que le reprocho al film es haber suprimido uno de los momentos más potentes de todo el libro, cuando el protagonista justifica sus acciones diciendo que no soportar ver cómo su país no defiende sus derechos. Como escarpias se te ponen, al llegar a esa frase. Imprescindible.

 La decepción: De acero de Silvia Avallone (Punto de Lectura)

Impaciente estaba por ver la adaptación de esta magistral primera obra de la bella Silvia Avallone. La película de Stefano Mordini no está mal pero, quizás, al gustarme tanto la novela me he sentido defraudado. En una época en que casi nadie escribe sobre el mundo obrero (como si éste hubiese desaparecido definitivamente), la escritora italiana describe tan inspirada la ciudad industrial de Piombino y sus acerías (frente a la isla de Elba) como la adolescencia de sus protagonistas, dos jóvenes de 14 años. Eso sí, la novela es para mí una de las sorpresas del año (al igual que su relato La lince).

La esperanza: Perdida (Gone girl) de Gillian Flynn (Mondadori)

La novela negra ha sabido retratar la sociedad actual como ningún otro género lo ha hecho hasta el momento. Por eso autores como Flynn (o el sudafricano Deon Meyer, otro de mis preferidos del momento) son vitales para comprender los mecanismos de funcionamiento (o mejor dicho, de disfuncionamiento), de la sociedad de hoy día.

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Desde su primera novela, Sharp Objects, la americana de Kansas utiliza una dramaturgia altamente cinematográfica. Sus novelas se aproximan tanto a un guión y sus escenas tan pensadas para la gran pantalla, que no era de extrañar que acabasen en el séptimo arte. De hecho, creo que se han comprado los derechos de adaptación de sus tres novelas.

Dark Places, su segunda novela, un thriller de alto voltaje con joven perdida víctima de la matanza de su familia a temprana edad por parte, en apariencia, de su hermano compite con Perdida (Gone Girl) en maldad y golpes de teatro, bien  pensados y mejor realizados. La adaptación de esta última (una pareja que deja a los Roper y los Rose a la altura de La casa de la pradera) por el mago David Fincher con el futuro Batman, Ben Affleck, y Rosamund Pike, como protagonistas, promete situar a su autora en primera línea también en el cine.

Y ahora es tu turno para compartir inspiraciones, decepciones o esperanzas de libros en su salto al cine.


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