Revista Cocina

Vergüenza social por comer bien

Por Yoisasi

¿Por qué nos avergonzamos por querer nutrirnos bien? Y no me refiero a tomar pechuga de pavo o tentempiés light que nos venden como sanos la industria alimentaria. ¿Por qué sigue estando ‘mal visto’?
¿Por qué las personas que comen alimentos industriales nos hacen sentir como bichos raros o maniáticos y nos juzgan como si fuéramos unos inconscientes?
Seguimos escondiéndonos para no ser el centro de atención, para que no nos acribillen con sus ‘sabios consejos’ de que no es para tanto y que hay que ‘comer de todo’, como ellos llaman (Más info en Yo como de todo, de todo como…).
Seguimos tragándonos comidas familiares y sociales y a sus presentes comensales cogiendo indigestiones tanto físicas como emocionales.
Personalmente pienso que es una manera de autoengañarnos (y engañar al personal) y autoagredirnos ya que luego todo esto pasa factura a las pocas horas con indigestión, acidez, estreñimiento o diarrea, cefaleas y mal de cuerpo.
Creo que estamos en un momento que ya es hora de mostrarnos tal y como somos y que los demás nos respeten sea comiendo una hamburguesa con patatas fritas como un arroz integral con verduras y pescadito.
¿Por qué nos sentimos atacados por esta mayoría? ¿Por qué nos da vergüenza expresar que se acabó en nuestra vida el aceite refinado, el pan blanco y demás refinados, los dichosos lácteos (ya sabiendo por todos que no son los únicos que aportan calcio) o el simple pero asesino azúcar blanco que está hasta en la sopa?
Deberíamos cambiar, además de nuestra alimentación, nuestra posición ante estos encontronazos y dejar los miedos y la vergüenza ya que es la única manera de que podamos disfrutar tanto de la comida como de nuestros compañeros de mesa.
Mando un mensaje para cada una de las partes:
-Para la gente que sigue comiendo industriales: Valora tus amistades y respeta sus decisiones nutricionales, así se sentirán más relajados y podréis llegar a una verdadera amistad.
- Para la gente que ha cambiado y se nutre con alimentos enteros, sin procesar ni adulterar: Date permiso para ser tú mismo no sólo a nivel emocional sino también nutricional y enseña a la gente que comparte tu vida tu nuevo cambio y tus ganas de cuidarte y sanarte sin miedo a ser juzgado.

Debemos ser honestos con nosotros mismos y con los demás y dejar de poner excusas baratas como que te duele la barriga o que ‘estoy a dieta por que el médico me lo ha aconsejado’. Debemos ser valientes y decir en voz alta que comes y te nutres así porque te da la real gana. ¡Nunca mejor dicho!

Salud y Buenos Alimentos.


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