Según escuché el otro día en la radio, este verano de 2016 había sido, según la NASA y a nivel mundial, el más caluroso de los registrados en el citado organismo.
En España gozamos de unas temperaturas muy altas durante el verano y de un sol abrasador que hace que tengamos que salir de casa tarde para disfrutar de un paseo si es que no tenemos la suerte de tener el mar, el río o la piscina cerca.
Para comer necesitamos alimentos ligeros y recetas frescas que nos aporten nutrientes necesarios, pero no nos den pesadez añadida. Por eso consumimos tantos gazpachos.
De manera general un gazpacho es una sopa fría hecha con restos de pan duro, ajo y aceite. Con el descubrimiento de América se incorporó el tomate a la receta y se convirtió en la más famosa sopa fría española.
El ajoblanco es una sopa fría andaluza muy popular en Málaga, elaborada con pan, almendras, aceite, ajo y vinagre. Se sirve muy fría acompañada de uvas u otros tropezones.
Para 8 personas:
- 200 g de almendras crudas
- 200 g de pan duro
- 100 mL de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- 50 ml de vinagre de Jerez
- 1 L de agua fría
- 2 dientes de ajo
- sal
- uvas
Se ponen las almendras en agua y se escaldan en agua hirviendo. Para ello se ponen en una cazuela cubiertas con agua, se lleva a ebullición y se retira del fuego, escurriendo y pasando por el grifo de agua fría.
Se pone en el vaso de la batidora las almendras escaldadas, la miga de pan, los dos dientes de ajo y un poco de agua fría. Se bate todo unos instantes.
Se agrega el aceite, el vinagre y la sal y se vuelve a batir de forma enérgica. Se añade más agua fría hasta alcanzar la textura deseada.
Se pone e enfriar en la nevera y se sirve muy frío acompañado de unas uvas (de Moscatel, a poder ser) y unas gotas de aceite.