El Kringle es un postre típico de Estonia.
Se suele hacer en navidades pero, sinceramente, nosotras no entendemos cómo pueden pasar sin él el resto del año, así que vamos a hacer campaña para que se prepare en cualquier época.
Por ejemplo, en Marzo, sin ir más lejos, jejeje.
La masa la preparamos con la Thermomix, que no vamos a machacar el biceps sin necesidad, pudiendo darle simplemente a un botón… Quien no tenga robot, lo puede hacer a mano perfectamente y seguro que tendrá un brazo mucho más musculado que el nuestro.
Los ingredientes que utilizamos para la masa son:
- 30 gr de azúcar
- 120 gr de leche
- 30 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 15 gr de levadura prensada
- 1 yema
- 300 gr de harina de fuerza
- una pizca de sal
- ralladura de naranja
Para el relleno preparamos una crema mezclando 60 gr de azúcar moreno con 50 gr de mantequilla y un poco de canela en polvo, hasta obtener una pasta blanda y homogénea que podamos extender fácilmente con el cuchillo. Untamos con ella todo el rectángulo de masa, y finalmente espolvoreamos con 50 gr de avellanas tostadas trituradas en trocitos.
Aquí os presentamos también otra versión con nocilla y chips de chocolate blanco. El resultado es igual de espectacular!
Ahora enrollamos la masa formando un cilindro, y con un cuchillo bien afilado cortamos el rollo en transversal por la mitad, dejando un pequeño trozo sin cortar en uno de los extremos. Trenzamos las dos partes procurando que el corte siempre quede hacia arriba. Una vez hecha la trenza, la colocamos haciendo un círculo y pintamos con huevo batido, para que al cocer obtenga ese color dorado taaaan apetecible. Metemos a horno medio durante unos 25 minutos aprox, o hasta que dore. Para darle el punto final, una vez templado lo rociamos con un glaseado hecho a base de agua y azúcar glas y, si os apetece, con unas gotitas de vuestro saborizante preferido.Lo presentamos en la mesa y nos damos prisa a pillar un trozo, porque en cuanto demos el pistoletazo de salida, va a volar!!