Revista Cocina
Pero que buen día hace hoy!!! Cuando por la mañana levanto la persiana de la habitación y veo el cielo despejado y el sol (que se intuye....) empiezo el día de otra manera!. Bueno, la primera semana de viajes de Marzo ya la he superado. La verdad es que a pesar del cansancio, de lo largos que son los días de trabajo, es divertido estar fuera y ver otras cosas. Además tuve un huequito en Alemania que aproveché para hacer una visita a un supermercado y, como no, compré algunas cosillas. Si no fuera porque me han venido todos los viajes seguidos, hasta me gustaría!!.
El plato de hoy es de aquellos sencillos, y baratos, que seguro que encantan a toda la familia. Las alitas son mi parte preferida del pollo. Ya se que tienen mas grasa, pero tampoco como cada día. Así que alguna vez nos damos el capricho en casa. Lo ideal es preparar el aliño el día de antes para que las alitas cojan todo el sabor y comerlas recién hechas, cuando aun están crujientitas del horno. No os pongo cantidades. Lo que yo hago es poner las alitas en una fuente e impregnarlas bien con todo el aliño.
INGREDIENTESAlitas de polloComino molidoPimentón de la Vera dulceAjo en polvoAjo machadoPerejilPimientaSalAOVEVino blanco seco
ELABORACIONSalpimentamos las alitas. En un recipiente pequeño mezclamos bien el comino, el pimentón y el ajo en polvo. Untamos bien las alitas con este preparado. Las tapamos y las dejamos en la nevera al menos 4 horas. Mejor si las hacéis de un día para otro. Pre-calentamos el horno a 200º. Machamos unos ajos en el mortero salándolos ligeramente, añadimos perejil cortadito y un chorro de vino blanco. Ponemos las alitas en una fuente de horno untada ligeramente con aceite de oliva virgen extra y las cubrimos con el majado. La ponemos en el horno, mas o menos a media altura. Las alitas estarán en unos 25 minutos, dependiendo del tamaño.