Asian Confusion One

No tuvimos suficiente con Raw Series One y  el pasado 21 de Marzo quisimos volver a vivir una nueva experiencia con la versión 1.1 de Lenomade, esta vez tocaba darse un viaje gastro-cultural por los productos asiáticos fusionados con algún que otro guiño Ibérico-Norteamericano de la mano de John Husby y The Oxtail. A veces los nómadas necesitan recargar pilas antes de seguir adelante en su nuevo destino, con esta cena pasó lo mismo. Nos gustó tanto el loft secreto del centro de Madrid que repitieron la velada en el mismo local. El resultado con diferencia al anterior, el aforo. En esta segunda cita se han sumado nuevos nómadas a la aventura de cenas clandestinas. Hay una famosa frase que dice: segundas partes nunca fueron buenas. Como ocurrió con Terminator 2, aquí también hay una excepción que rompe la regla y no es que fuera buena, fue mejor y con nuevas sorpresas…. Nuestros conocimientos en este mundo son de una ignorancia plena, porque aparte de un arroz tres delicias, un pollo al limón y algunas empanadillas al vapor, no es que hayamos indagado mucho en la comida asiática, y gracias que una vez más Fernando de Cocina y Cocina supo explicarnos paso a paso y detalladamente cada plato que nos iba llegando. Fue nuestro Cicerone gastronómico durante toda la velada. Hasta donde pudimos reconocer, la recepción comenzó con un exótico coctel combinado con frutas de la pasión, curry y un poco de nitrógeno líquido con una gominola del mismo combinado en el centro de la copa. No estaba mal, pero nos dio más sed a diferencia del coctel anterior de la pasada cena. Durante el ir y venir de los cocteles, los camareros iban paseando las primeras tapas de Hanetsuki Gyoza; o lo que es lo mismo, empanada invertida de butifarra y carabinero con ponzu de naranja sanguina. Al ver pasar estos platos los reconocimos a la primera, pero lo que no sabíamos era el tecnicismo con el que llamar correctamente a esta receta, comúnmente y visualmente es una empanadilla al vapor. Su sabor, rico. Es una original combinación de mar y tierra que tenéis que probar en casa. Tras estar una hora hablando y compartiendo experiencias gastronómicas entre los asistentes, es momento de sentarse y empezar en serio con el trabajo de John Husby. Ya estamos todos colocados y comenzamos con un Tataki de txitxarro inspirado por la bilbaína: emulsión de ajo negro, aceite de yuzu kosho, pepino encurtido y shichimi togarashi. Estas combinaciones y conocimientos ya son palabras mayores para nosotros. Hemos pasado de la empanadilla a un pescado muy trabajado y marinado con algo más que aceite, vinagre y perejil. Ahora toca dar una de las sorpresas, plato a ciegas. Para ello todos nos vendamos los ojos en el momento en que nos lo avisaran y con una música de violín de fondo que daba un ambiente muy Kubrick, íbamos probando el plato afinando nuestros sentidos lo máximo posible para poder interpretarlo. Por respeto al chef no os voy a revelar de que estaba hecho, pero si os puedo describir que textura y sabores nos transmitía. Se parecían a unas manitas de cerdo picantes acompañadas con algo de pasta crujiente. Para quitar un poco el sabor picante, nos regaron las copas con unas cervezas japonesas que mitigaron considerablemente el picor en boca. Por la cocina india y tailandesa, sí que conocemos el lemongrass y la citronella. No somos muy amigos de esta combinación en la cocina salada, pero la cena es Asian, así que por narices toca que al menos uno de los platos lleve algo de estas especias. El elegido fue Curry verde primaveral: espárragos trigueros, guisantes en texturas, txangurro y vinagreta nam pla. Su presentación no podía ser mejor, pero a nosotros nos costó acabarlo, y no porque estuviera malo, sino porque es probar una de estas especias en salado y que el cuerpo lo rechace. Ahora vamos con el producto estrella y el ganador de la noche, Gua bao: mollete al vapor, pollo frito yankee, salsa hoisen y siracha. Todos nos quedamos con ganas de comer uno más al menos, pero no, John quiso hacerlo así y dejarnos este plato como el más deseado. Lo consiguió; de hecho, es una receta que tenemos que hacer en casa para ver si logramos llegar a emularlo aunque solamente sea un poquito. Vamos llegando al final de la parada y John eligió para la despedida de los platos salados el Galbi a nuestra manera: costillar de buey ahumado, parillada de micro verduras y puré de kimchi. En nuestra mesa gustó mucho, aunque yo personalmente me hubiera puesto menos sal, porque se comía un poco el sabor de las verduras y el puré. Siempre hay que dejar un hueco para el postre, pero en esta cena no pasaba nada si llegabas lleno del todo, porque con el Coco, mango, lichis 2014 tenías un postre refrescante que conseguía quitarte la pesadez del picante y la sal. No estaba extremadamente dulce y su sabor de fruta lo convirtieron en la mejor elección para poner punto y final a esta cena. Parece que va siendo hora de recoger el chiringuito e irse a otra parte con los cacharros. Seguramente la próxima cena clandestina sea en una vieja imprenta con parada en México. Por problemas de agenda nos será difícil bajarnos en esa estación, porque ese mismo fin de semana tenemos reservada una de arroces con Kitchen Club. Un saludo a Cristina De menú en menú , Betty de Get in My Belly y a Fernando y Ana de Cocina y Cocina . Esperamos poder volver a coincidir en futuros eventos y mucha suerte a todo el equipo de Le Nomade, aunque no la necesitan porque este tren ya ha arrancado y no lo para nadie.