Buezo 1928 2009

Como dijo Fray Luis de León en el S.XVI, «decíamos ayer«, un nuevo impulso me anima a volver al blog, después de muchos meses y menos vinos de los habituales. Han sido lunas de ajuste anímico, y porque no, de haber tirado la toalla. Es una época en la que apenas compro vino, porque consumo mucho menos, y mi frigorífico está lleno de blancos deliciosos que esperan su turno, para ser abiertos y disfrutados, ya que ese es su fin, y es el mayor respeto que puedo tener por sus elaboradores, y por el producto en si. Aparte de mis estados emocionales, familiares y personales, sentía la necesidad de tomar un poco distancia del mundo del vino, y como esperaba, el ha tomado mas distancia aún de mi, un pobre y mero consumidor que mantiene unas décimas de las estadisticas del consumo nacional, de este regalo de los dioses. Eso me ha hecho darme cuenta de muchas cosas, quizás la principal es que, soy un pequeño bloguero, especie extinta ya segun el National Geographic, y mis opiniones, de escaso valor sin duda, son totalmente irrelevantes. Y eso, esa sensación de abandono y libertad, me ha hecho recordar con mas fuerza, con las letras de entonces ardiendo como creadas por lava, la razón por la que empecé, hace ya 16 años, a escribir en la web. Tener un cuaderno digital donde colgar los vinos que me habían gustado.

Una vez con las pilas cargadas, tomé mi libreta azul y busqué donde estaba el último vino del que había hablado en el blog. Unas notas me llevaban nada menos que a Eurovisión 2025, de locos, pero recordé una cata muy especial a la que estuve invitado, y que fue realmente un punto y aparte buenísimo. La cata fue a finales de mayo de 2024, y en ella, un grupo de buenos amigos de Delicias Burgos, nos encontrábamos con Fernando López, enólogo de la Bodega Buezo Vendimias Seleccionadas y Vinos de Guarda, que desde la D.O. Arlanza, nos hace una propuesta tan arriesgada a veces, como excepcional, a la hora de elaborar vinos en España.

A aquella cata acudía con mis orejas en alto. Mi relación con esta bodega del Arlanza, no siempre ha sido la mejor, claramente por mi desconocimiento de la idea, de su filosofía de elaboración de vinos que, cuando empecé a probar sus tintos allá por finales de los 2000, no estaba tan claramente marcada en la copa como lo está hoy, 25 años despues. Una busqueda de vinos de muy largo recorrido, que muestren el que, ya entonces, pero mucho mas hoy en día, es la gran baza de los vinos del Arlanza, su extraordinaria longevidad con el tempranillo, siendo fiel reflejo de los vinos de la fría Castilla. Fernando y Leopoldo nos hicieron un viaje por la gama mas conocida de Buezo, para pasar a su gama algo mas alternativa, donde el sello de Fernando se nota mucho más, y que nos llevó a esta autentica joya que se llama Buezo 1928. Antes habíamos gozado del Buezo Petit Verdot, del Buezo Nattan y del Buezo 79, creo que primer blanco que elaboran y del que , desgraciadamente, no tomé notas, cerrando con el Buezo 1928.

El Buezo 1928 2009, está elaborado por la Bodega Buezo Vendimias Seleccionadas y Vinos de Guarda, desde Mahamud (Burgos) y perteneciente a la D.O. Arlanza. En entradas anteriores os he hablado mucho de esta bodega, quizás la mas espectacular de visitar de la DO, y de ese sistema de elaboración y guarda de los vinos en sus propias instalaciones, antes de salir al mercado, lo que hace que las añadas que se pueden encontrar de estos vinos, ronden el 2005 o 2006, pero os animo de corazón, a no asustarse por ese dato cuando le veáis, sino que lo probéis y os dejéis cautivar por ellos. Es un coupage de tempranillo, garnacha tintorera, albillo real y mayor, mencía y viura, además de algunos racimos de filiación desconocida. Las uvas proceden de dos pequeños viñedos que no alcanzan las dos hectáreas, a unos 900 metros de altitud, lo que genera una pequeña producción de 400 botellas. Vendimia manual, fermentación alcohólica con parte del raspón, en barricas nuevas de 400 litros, pasando a barrica francesa nueva posteriormente para la maloláctica. Posteriormente tiene una crianza de dos años en barricas de diferente tostado, y una posterior crianza/guarda en botella durante largos años en la propia bodega, hasta iniciar su viaje final.

Presenta un color rojo granate de capa alta, ribete atejado con un toque brillante licoroso, lagrima densa y persistente; profunda nariz de fruta roja, suaves especiados, largo, buena acidez, se nota la presencia de castas blancas, muy elegante y con un cuerpo medio, nada opulento pero con gran presencia en boca, retrogusto final marcado por esa fruta roja, delicioso. Obviamente aún está en un periodo de crecimiento, pero vaya lujo el que pueda tomarse una de estas dentro de una década. La etiqueta es un homenaje de Abel Buezo, dueño de la bodega, para su padre Bernardo, que nació en ese año 1928, aunque el homenaje real está en la botella. No es un vino económico, no sé cuando lo podré volver a degustar, pero merece la pena acercarse a el si os lo encontráis en el camino.

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