Revista Cine

CANINO - Bingo

Publicado el 27 mayo 2010 por Loscriticones
CANINO - Bingo

Lo mejor de Canino es su nacionalidad (griega) y lo peor todo lo demás. Canino es una película típicamente premiada en Cannes: rara, molesta, inquietante, agresiva con el espectador porque los actores parecen robots, porque es desesperadamente lenta y fría como un tímpano, porque es experimental (en todos los malditos sentidos de la palabra) y porque está inflamada de aspiraciones vanas.

Canino imita a Hanecke pero acierta sólo en la aspereza (en la sorpresa ya no puede precisamente porque existe antes Hanecke) y nada en la poesía ni el calado. No es fácil al principio saber si estás ante una broma de videoarte, observando un experimento “psicosociológico” (muy setentero ello) o siendo víctima de una tomadura de pelo. Hay un poco de las tres cosas pero enseguida comprendes que se trata de una metáfora (las conozco que explicadas entre aceituna y patatita quedan cristalinas y te sobra hora y media), un símil asfixiante sobre el control mediático, sobre la falta de libertad impuesta en una posible sociedad sojuzgada, sobre totalitarismo y todo en forma de una familia de tarados que vive encerrada en un chalet y comandada por un padre en plan monstruo de Amstetten rebajado de graduación.

Digo yo que los experimentos psicóticos mejor en casa y en los libros y que si se trata de plantear un escenario posible y extremo, un informe sobre la ceguera saramaguiano, ha de ser fértil, humano, reconocible, informativo, capaz de estimular a la emoción con algo/alguien… en “canino” deberían darte un cartón de bingo y el primero que pilla la metáfora grita línea y pa´ casa, indultado.

PD: Ojito, que sé de perspicaces y muy sutiles espectadoras a las que les ha gustado...

ARM


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