Entre los platos, desde un sencillo y gustoso entrante como el salpicón de marisco (maridaje sugerido: blancos de poca acidez), pasando por pescados como besugo al horno (tintos jóvenes) o salmón al cava (blancos o espumosos con crianza), hasta llegar a los contundentes capón al champán (tintos de guarda), pavo al níspero (espumosos frescos, tintos jóvenes), y cochinillo, bien al estilo segoviano o castellano (tintos de guarda con cuerpo y tanicidad).
Los vinos catados fueron, nuevamente de acuerdo con la época, grandes vinos todos ellos.
- Albariño Valdamor 2008 (DO Rías Baixas, blanco joven 100% Albariño, Valdamor): Amarillo pálido con reflejos dorados y verdosos. Buena intensidad aromática, frutal (pera, melocotón) y un punto vegetal. En boca es un vino potente, con una acidez viva, muy agradable y muy frutal, largo. Un albariño ganador de varios premios, y que sigue estando entre los grandes, aunque no sea de los ultraconocidos.
- Tokay Furmint Château Megyer 2007 (100% Furmint, Château Megyer): Amarillo pálido con reflejos acerados y dorados. Nariz de buena intensidad, sobre todo floral (rosas) y tras un rato plátanos, con un punto dulzón. En boca es seco, vivo, fresco, con retronasal donde aparecen ahumados y mantequilla. Primer vino húngaro que no sea un Tokay dulce que pruebo. Interesante y agradable.
- Ogga 2004 (DOCa Rioja. Tinto Reserva 100% Tempranillo. Viña Hermosa-Santiago Ijalba): Picota muy oscuro y muy cubierto, con ribete granate apagado. Aromas muy complejos, lácteos, ahumados, frutos negros maduros, punto balsámico. Al cabo de un rato aparecen café y toffee. En boca tiene una buena acidez, es carnoso y vinoso, astringente pero equilibrado. Un enorme vino que iba creciendo según pasaba el tiempo. Aunque ya es muy disfrutable, creo que un año o dos más de botella lo harán impresionante.
- Flor de Pingus 2005 (DO Ribera del Duero. Tinto con crianza, 1005 Tinta fina. Dominio de Pingus). Picota oscuro de alta capa, ribete granate. De entrada, muy cerrado en nariz, con aromas de tinta. Poco a poco surgieron mantequillas, eucalipto, especias. En boca resultó potente, pero áspero y tánico, un poco desestructurado. Los aromas de la crianza se han cargado casi toda la fruta, y el vino necesita mucho tiempo para abrirse. Igual hay que darle más años de botella, pero sin disgustarme, me defraudó un poco.
- Cattier Premier Cru Brut Antique (AOC Champagne. 75 % Pinot Noir y Pinot Meunier, 25 % Chardonnay. Maison Cattier): Amarillo dorado con reflejos dorados y perlaje fino y continuo. Nariz delicada, con frutos rojos muy tenues, bollería y avellanas. En boca es fresco, cremoso, con un carbónico muy bien integrado y con recuerdos de los frutos rojos. Un champagne muy muy bueno, como aperitivo o para cenar con él.
- Dom Pérignon Vintage 2000 (AOC Champagne. 55% Chardonnay, 45% Pinot Noir. Dom Pérignon): Amarillo pajizo evolucionado, con reflejos dorados. Aromas intensos y complejos, destacando ahumados, frutos rojos, frutos secos y un mínimo toque cítrico. Su paso por boca es pleno, con muy buen carbónico, serio e intenso, con recuerdos de frutos rojos y un toque dulzón. Dom Pérignon es uno de los champagnes con mayúsculas, y este Vintage 2000 es soberbio.
- Dulce Cristal-lí (DO Alicante. Blanco dulce 100% Moscatel de Alejandría. Vins del Comtat): Amarillo pálido con reflejos dorados y verdosos. Intensos aromas típicos de la moscatel, piel de limón, frutas de hueso, almizclado, recuerdo de hinojo. Untuoso en boca, de buena intensidad, largo y elegante, con recuerdos de albaricoque. Es uno de los moscateles dulces que más me gustan, muy rico y goloso.
- Pedro Ximénez San Emilio (DO Jerez. Dulce, 100% Pedro Ximénez. Lustau): Color caoba claro, reflejos ambarinos, brillante. Aromas muy intensos a pasas y pan de higos. En boca se muestra untuoso, fino, elegante, goloso y muy largo. Un PX exquisito.
Casi seguro que alguno de estos vinos aparecerán en la mesa en estas fiestas.