Ingredientes para cuatro personasOcho champiñones grandes y bien frescos80 gr de picadillo de jamón serrano Cuatro dientes de ajoUna rama de apioDos cebolletasSeis láminas de masa filoUn huevo50 gr de mantequillaSalPimientaAceite de oliva
- Limpiamos bien los champiñones y los vaciamos con cuidado de no romperlos, reservando la carne que saquemos y el tallo. Salpimentamos el interior al gusto y reservamos.
- Lavamos las verduras, pelamos los ajos y picamos todo en juliana muy, muy fina.
- En una sartén con apenas un hilo de aceite salteamos las verduras sin permitir que se ablanden mucho.
- Añadimos el jamón y los restos de los champiñones que habíamos extraído al vaciarlos, picados también muy fino. (No he puesto más sal porque el jamón ya lleva, pero eso va en gustos: déjese llevar por el suyo.) Damos un ligero hervor y retiramos, dejando en un colador para que escurra el exceso de aceite y el jugo que puedan haber soltado las verduras.
- Rellenamos los champiñones con esta mezcla y reservamos.
- Cortamos las hojas de masa filo en dos partes y cada una de estas en otras dos. Pintamos cada uno de estos cuadrado con la mantequilla previamente derretida al baño maría y los ponemos unos sobre otros contrapeándolos para que nos queden las esquinas separadas: tres láminas de masa por champiñón.
- Envolvemos ahora cada champiñón formando una especie de saquito que cerraremos de forma irregular, pegando las hojas de masa filo entré sí. (Se pegan bien, al estar untadas con la mantequilla.)
- Finalmente pintamos estos saquitos con huevo batido, los colocamos en una bandeja y los llevamos al horno, que tendremos previamente calentado a unos 180º, y los dejamos hasta que la masa esté dorada, cuidando que no se queme.