Hay muchas técnicas de cocina. La entrada de hoy la dedicamos a la cocina al vapor, un método sano que permite cocinar los alimentos con vapor de agua, dejándolos cocidos y evitando tener que usar aceite.
Existen
varios utensilios para poder realizarla. Uno de los más útiles son las vaporeras, que las podréis encontrar
eléctricas, de bambú o cucuseras. También se puede cocinar al vapor con una
olla a presión normal y una rejilla. Normalmente,
las herramientas utilizadas disponen de varios pisos. En uno se coloca el
agua hirviendo (la que suelta el vapor) y en los de arriba, se extienden
los ingredientes que queramos cocinar. No sé tienen que tocar y se van cocinando con el calor que sube.
La ventaja es que los alimentos
conservan un mayor número de nutrientes que los hervidos, ya que no hay que sumergirlos. Tampoco cogen grasas porque se hacen en su propio jugo, manteniendo
su sabor y textura original. Otro punto a su favor es que es una manera rápida de cocinar, que
no mancha en exceso, por lo que a la hora de limpiar, los utensilios no necesitarán un cuidado especial.
De todas maneras, no todo son cosas buenas, ya que la técnica tiene sus limitaciones. Por ejemplo, lo que esté en la cara exterior de los alimentos puede llegar a perderse. Por lo que si salamos o salpimentamos disminuirán su efecto al ser cocinados al vapor. Por eso, muchas veces, las recetas realizas con esta técnica vienen acompañadas de salsas.
Para saber más podéis visitar nuestra Enciclopedia Cocinista y para ver los modelos de vaporeras de los que disponemos entrad en nuestra Tienda Cocinista.
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