Revista Música

Donna summer – capítulo 3 (la diva)

Publicado el 22 noviembre 2017 por Perendengon

DONNA SUMMER – CAPÍTULO 3 (LA DIVA)

Hola Graminoleños.

Hoy vamos a disfrutar del broche de oro de la narración de la carrera de esa impresionante artista que fue Donna Summer. Tres merecidos capítulos dedicados a una artista descomunal, protagonista absoluta de la música de los 70 y parte de los 80 y con un poderío vocal al alcance de muy pocos. Así pues comencemos a escuchar buena música, como siempre.

Dejábamos hace unos días su historia justo en el momento en el que había aparecido en el mercado su trabajo de menor éxito. “Cats Without Claws”, publicado en el año 1984, sería una gran decepción, obteniendo discretos resultados en cuanto a ventas y unas críticas bastante pobres. Estas circunstancias traerían consigo que se tomara un respiro que duraría nada más y nada menos que tres años, algo inédito en su carrera.

Así pues, habría que esperar hasta el año 1987 para salir de dudas sobre si sería capaz de retomar el buen rumbo. Sería el momento en el que aparecería en el mercado “All Systems Go”, su nuevo disco que no remontaría el vuelo pese a los esfuerzos realizados para que así fuera.

DONNA SUMMER – CAPÍTULO 3 (LA DIVA)

Desgraciadamente, los resultados volverían a ser bastante discretos. En Estados Unidos no lograría unas ventas demasiado significativas y en Europa le iría todavía peor. Entre el retroceso producido por su anterior álbum y los tres años de ausencia, la impresión que quedaba es que el público había empezado a olvidarse de ella y comenzaba a darle de alguna manera la espalda.

En esta ocasión las baladas y los medios tiempos serían los que más abundarían en el disco. Atrás quedaban sus tiempos de hacer bailar a sus fans para realizar una música que cada vez iba dirigida a un público menor y más “maduro”, algo que se puede comprobar desde el primer momento con la aparición en el mercado del primer sencillo.

Se trata de una canción con la que Donna rendiría homenaje al compositor George Gershwin, un personaje muy reconocido en Estados Unidos cuya carrera transcurriría a mayormente en los años 20 y 30. Su título sería “Dinner With Gershwin” y aunque fue la canción que más recorrido tuvo no es nada del otro mundo.

El cambió de productor no conseguiría los resultados esperados. En esta oportunidad dicha labor recaería en uno de los talentos emergentes del momento, Harold Faltermeyer, quien recientemente había obtenido gran popularidad gracias a su labor en la película “Superdetective en Hollywood” protagonizada por Eddie Murphy. Lamentablemente, su inspiración no sería la misma a la hora de trabajar con Donna.

Lo cierto es que la música que contiene el disco es muy previsible y repetitiva, en la que las baladas no llegan a emocionar como había conseguido hasta ese momento. De hecho, la canción estrella del disco iba a ser un dueto con Mickey Thomas, vocalista de Starship, pero lamentablemente pasaría totalmente desapercibida. Ni con este “Only the Fool Survives” lograría Donna encontrar el éxito que había perdido en los últimos tiempos.

El refranero español es muy sabio y tiene una expresión para prácticamente cada una de las circunstancias que se pueden dar en la vida. Uno de nuestros refranes se podría aplicar perfectamente a la situación que vivía en aquel momento nuestra querida Donna. Me refiero al que dice aquello de “A perro flaco todo se le vuelven pulgas”, ya que la situación iba a empeorar considerablemente con la polémica que levantarían unas supuestas declaraciones realizadas ante un periodista.

En aquellos tiempos la lacra del sida estaba en su máximo apogeo y supuestamente en una entrevista ella arremetería contra los homosexuales cuando se le preguntó sobre el tema. Donna siempre desmintió estas declaraciones pero la polémica que se levantaría sería bastante grande y podría decirse que sería el toque definitivo para que el disco terminara de hundirse en lo más bajo de las listas de ventas. Pensemos que el colectivo gay había sido uno de los grupos más fervientes en su época de reina de la música-disco, por lo que no parecía buena idea que sus integrantes ahora se convirtieran en una especie de enemigos.

La situación sería tan insostenible que la canción que estaba previsto que apareciera como el tercer sencillo del álbum no sería finalmente publicada en los Estados Unidos, saliendo al mercado únicamente en tierras europeas. Se trata de la canción que da título al disco y que los norteamericanos estén tranquilos ya que tampoco es que se perdieran nada del otro mundo.

Los problemas iban a seguir creciendo con la publicación de su siguiente disco. Éste llegaría en el año 1989 y una vez que las canciones que lo iban a componer estuvieron terminadas, su discográfica, Geffen Records, decidiría no publicarlo ya que había perdido su confianza en ella. Cuando firmó contrato con este sello era una de las artistas que más vendía y ahora apenas tenía repercusión.

Finalmente sería la discográfica Warner quien publicaría su nuevo trabajo, el cual llevaría el título de “Another Place and Time”, aunque inicialmente solamente aparecería en el Reino Unido. Sin embargo, el primer sencillo lograría muy buenos resultados por aquellas tierras y de inmediato formaría parte del resto del mercado europeo. Con estas premisas, el mercado estadounidense terminaría por hacerse también eco del álbum y Donna volvería a ser profeta en su tierra.

DONNA SUMMER – CAPÍTULO 3 (LA DIVA)

La clave del retorno a la senda del éxito estaría en el nuevo cambio de producción. Tras el intento fallido con Faltermeyer, Donna se pondría en manos de un trio de productores que por aquella época estaban prácticamente copando el mercado juvenil. Se trataba de Stock, Aitken & Waterman quienes habían llevado a lo más alto a artistas como Kylie Minogue, Rick Atsley, Samantha Fox o Bananarama entre otros. Con estas premisas parecía que estaba en buenas manos.

A pesar de que inicialmente el mercado estadounidense no tendría el mayor interés en este álbum, las manos del trio de productores iban a colocarla de nuevo en el candelero de manera inmediata. El primer sencillo del disco, titulado “This Time I Know I’ts For Real” lograría un éxito en el Reino Unido como en los buenos tiempos, lo que provocaría que el álbum cosechara muy buenas ventas en Europa.

El sonido de esta canción es inconfundible y tiene genuino sabor a música ochentera por los cuatro costados. El acierto fue clarísimo y tras triunfar en Europa el disco sería publicado en Estados Unidos donde cosecharía también muy buenos resultados, volviendo a estar a la altura en cuanto a ventas, logrando igualmente unas críticas mucho mejores que las recibidas en sus dos anteriores trabajos.

Si escuchamos la introducción de cualquiera de las canciones de este disco sin saber a quien pertenecen podíamos prensar que Minogue o Atsley se van aponer a cantar de un momento a otro. Este tipo de música triunfaba a lo grande en aquellos momentos y en la voz de Donna sonaba todavía mejor. Como muestra valga “I Don’t Wanna Get Hurt”, otra de las canciones destacadas del álbum.

Los resultados del disco no harían sino acrecentar un pensamiento que había surgido hacía tiempo y que ahora se acrecentaba. El sello discográfico Geffen ganaría fama de gafe para Donna ya que cuando firmó contrato con ella fichaba a un artista en su máximo esplendor que caería en picado a partir de ese instante y en el momento en que separaron sus caminos el éxito regresaría. Como suele decirse, blanco y en botella.

Su estilo en ese momento estaba muy lejos de la música-disco setentera que la había encumbrado pero la música para bailar de los 80 era lo más parecido al sonido que mostraba en el disco. Sus tablas, su saber hacer y su voz hacían el resto, atreviéndose incluso a hacerle un guiño a la manera de hacer música que tantos y tantos éxitos le habían proporcionado.

Y es que con “Love’s About To Change My Heart” utilizaría un recurso que había sido recurrente durante sus mejores tiempos, esto es, comenzar de manera pausada como si se tratase de una balada para dar paso a continuación a un sonido más ligero y directo concebido para bailar. La Donna de siempre con la correspondiente evolución hacia los tiempos que corrían.

Muchos pensaron que con este nuevo giro a su carrera, con esta nueva forma de hacer música, había perdido gran parte de su esencia, que ésta era una Donna Summer muy distinta a la genuina y auténtica que en su momento había enamorado a medio mundo y encandilado al otro medio. La verdad es que en cierto modo esta manifestación es bastante acertada.

Pero como suele decirse “renovarse o morir” y ella prefirió renovarse y seguir en el candelero. Además, si te pones en manos de Stock, Aitken & Waterman los resultados no pueden ser muy distintos al sonido que muestra, por ejemplo, en “When Love Takes Over You”.

Por supuesto que no podía faltar una balada entre las canciones destacadas de este disco. Un tema que además vendría con mensaje incluido y en el que a diferencia de otros tiempos, la voz de Donna suena suave y con tonos bajos, demostrando una vez más que era capaz de llegar a cualquier registro sin perder un ápice de calidad.

Se trata de “In Another Place and Time”, una canción cuya letra viene a decir … pues eso, que se encontraba en otro lugar y en otro tiempo y la evolución musical tenía que llegar para seguir triunfando. Lo dicho, reinventarse o morir.

Dado el éxito cosechado con este disco y los buenos resultados obtenidos con su trío de productores, de manera inmediata se pondrían los cuatro manos a la obra para componer las canciones que iban a formar parte de su siguiente álbum, aunque lamentablemente éste finalmente no vería la luz.

El disco iba a llevar el título de “If I Have To Stand Alone” y sus canciones mostraban un sonido muy bailable y fresco bastante similar al de su anterior trabajo. Sin embargo, diferencias con el sello discográfico darían al traste con las espectativas ya que el disco finalmente no sería grabado y, por consiguiente, no saldría al mercado. Lo curioso del caso es que la discográfica, como propietaria de las canciones, años después, concretamente en 1990, las publicaría grabadas por la voz de Loonie Gordon, logrando unos resultados de ventas bastante satisfactorios. No cuesta mucho imaginarse el éxito que habrían tenido si hubiesen sido interpretadas por la voz de Donna.

Entraríamos entonces en la década de los 90 y de nuevo Donna entendería que tenía que reciclarse. La nueva década llegaría con nuevas tendencias musicales y se llevaría por delante gran parte de los artistas que habían triunfado enlos 80. Por este motivo decidiría reinventarse de nuevo con la publicación en el año 1991 de su “innovador” disco “Mistaken Identity”.

DONNA SUMMER – CAPÍTULO 3 (LA DIVA)

El disco fue un estrepitoso fracaso ya que si bien es cierto que la voluntad de Donna por ir evolucionando al mismo paso que lo hacía la música era bastante loable, no lo es menos que cada artista tiene su estilo y por muy versátil que pueda ser hay algunos que no van con las características de cada uno. Vamos lo de que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.

En esta oportunidad mostraría una música para bailar basada fundamentalmente en toques de hip-hop y similares y no depararía buenos resultados. Simplemente escuchando el sencillo de presentación, titulado “When Love Cries”, nos damos cuenta de manera inmediata que esta faceta no es la suya. Cualquier escribano hecha de vez en cuando un borrón y éste fue el suyo.

Los resultados de ventas tanto en Estados Unidos como en Europa fueron bastante flojos y ninguna de sus canciones tendría ningún tipo de trascendencia. Ni que decir tiene que las críticas tampoco serían nada buenas. No siendo demasiado cruel, en mi opinión creo que lo más justo que cabría decir de este trabajo es que es prescindible, muy prescindible.

Afortunadamente, su viejo amigo Giorgio Moroder vendría una vez más en su rescate y la echaría un capotazo proponiéndole una colaboración muy especial que iba a conseguir resarcirla de algún modo del sinsabor de este fracasado álbum.

En el año 1992 Moroder publicaba un nuevo disco bajo el título de “Forever Dancing” y ofrecería a Donna que pusiera voz a una de las canciones que iban a integrarlo. Dicho y hecho, después de diez años sin trabajar juntos, la magia y la química que siempre había existido entre ellos volvería a aparecer con una canción titulada “Carry On” que recuerda los mejores tiempos de Donna.

Suele suceder que cuando un artista que ha sido muy grande empieza a darse cuenta de que ya no cautiva al público como antes ni vende discos como en sus mejores tiempos, tome la decisión de ir apartándose poco a poco de la circulación y a partir de ese instante publicar los discos cuando quiere y con el estilo que le apetece en cada momento. Pues bien, ese momento había llegado ya en el caso de Donna.

Ella era consciente de que su momento de éxito rotundo ya había pasado y por ese motivo iría ofreciendo cada vez menos novedades. Para empezar, en el año 1994 tomaría una decisión muy recurrente en cualquier artista que haya seguido sus pasos, la publicación de un disco navideño. Es triste, pero muy frecuente.

El disco llevaría el título de “Christmas Spirit” y en él se incluirían los clásicos villancicos que todos han versionado hasta la saciedad y tres temas inéditos cortados por el mismo patrón navideño.

DONNA SUMMER – CAPÍTULO 3 (LA DIVA)

No cabía ninguna duda de que en esos instantes se encontraba de retirada. Su actividad se iba a ver reducida exclusivamente a la participación en festivales benéficos, campañas sociales o colaboraciones especiales y esporádicas con otros artistas. Tenía muy claro que ya no llegaba al público como antes y lo último que quería hacer es caer en el ridículo y de alguna manera arrastrarse como hacían otros artistas que estaban pasando por el mismo trance.

El año 1996 iba a cambiar un tanto el paisaje e iba a ser muy productivo para ella. Para empezar, otra de las grandes divas de la música norteamericana como es Liza MInelli publicaba un nuevo disco titulado “Gently” y contaría con Donna para una de sus canciones. Se trata de “Does He Love You” que nos ofrece un espectacular duelo de voces, demostrando que quien tuvo, retuvo.

No sería ésta la única novedad que mostraría al público ese año. Las casas discográficas tienen como principal misión ganar dinero y cuando uno de sus artistas más emblemáticos decide apartarse de la actividad buscan alternativas a la hora de seguir estirando el chicle y continuar haciendo caja.

Como vimos en el anterior capítulo de “La Graminola” dedicado a su carrera, en el año 1981, en pleno apogeo de su época más discotequera, había grabado un disco que no acabó de contentar a su sello discográfico y que finalmente no vería la luz. Pues bien, quince años después sería el momento de ponerlo en circulación.

El disco llevaba el título de “I’m a Rainbow” e iba a ser una especie de regreso al pasado, ya que se trataba de un trabajo con el sonido de la música-disco más clásica pero al borde de llegar al nuevo milenio. Una curiosidad para algunos con unos resultados discretos en cuanto a ventas.

DONNA SUMMER – CAPÍTULO 3 (LA DIVA)

De este disco no se extraería ningún sencillo, aunque realmente alguna de sus canciones ya habían sido dadas a conocer en su momento gracias a que habían sido incluidas en las bandas sonoras de dos películas. Vamos con ellas.

En el año 1982 se estrenaría la película “Aquel Excitante Curso”, protagonizada por Phoebe Cates, Sean Penn, Jennifer Jason Leight y Nicolas Cage. Dentro de su banda sonora aparecería una de las canciones de este disco de Donna, concretamente “Highway Runner, aunque no tendría excesiva repercusión mediática.

La otra composición promocionada por el mundo del cine tendría algo más de recorrido pero no lograría explotar definitivamente. Sería en el año 1983 y dentro de una de las mejores películas musicales de la época donde acabaría incluida. La película en cuestión no necesita más presentación que la de su título, “Flashdance”, y la canción de Donna llevaría el título de “Romeo”. Su éxito sería aceptable pero quedaría eclipsada claramente por los dos grandes clásicos de esta banda sonora como son “What A Feeling” y “Maniac” en las voces de Irene Cara y Michael Sembello respectivamente.

El sonido del disco en su conjunto, como puede apreciarse, es el de la música-disco de principios de los 80 con alguna que otra balada. Pero de entre las canciones que lo integran me gustaría destacar una versión de un clásico de la historia de la música que nadie podía pensar que Donna se atrevería a interpretar.

Se trata del mítico “Don’t Cry For Me Argentina” tantas y tantas veces versionado y que en la voz mágica de la señora Summer queda así de bien.

En el año 1999 le iba a llegar una nueva oportunidad de lucimiento y gracias a su intervención en un programa de la cadena televisiva musical norteamericana VH1 iba a lanzar un nuevo disco y reencontrarse con el éxito a lo grande.

Su nuevo trabajo iba a ser un álbum que contenía su actuación en directo en dicha cadena y el atractivo añadido de dos nuevas canciones que iban a devolverle a la más rabiosa actualidad, sobre todo una de ellas. El disco en cuestión llevaría el título de “Live & More Encore” y sería una de las grandes sorpresas musicales de aquel año.

DONNA SUMMER – CAPÍTULO 3 (LA DIVA)

Las ventas de este disco serían bastante importantes y sorprendería gratamente a todo el mundo volverla oir cantar algunas de sus canciones de siempre en vivo y con su potencia vocal de siempre. Pero lo que realmente la lanzaría de nuevo a la actualidad musical del momento sería una de las dos canciones de estudio inéditas que se incluirían en el álbum.

Se trata de “I Will Go With You”, una canción que no es otra cosa que una versión del famoso “Con Te Partiro” de  esas dos monumentales voces que son Sara Brightman y Andrea Bocelli y que debidamente retocada por la no menos inigualable Donna, pasaría de ser una melodiosa balada a convertirse en un tema con mucho ritmo hecho para bailar. Una nueva genialidad y van …

Esta espléndida versión la auparía de nuevo a los primeros puestos de las listas de éxitos y su popularidad volvería a crecer como la espuma y, de paso, ayudaría a que muchos jóvenes conocieran lo que era capaz de hacer, logrando meterse en el bolsillo a muchos de ellos gracias al otro tema inédito que se incluía en este sorprendente y sorpresivo álbum.

Se trata de “Love Is The Healer” una canción que podría decirse que nos muestra la música que haría Donna si hubiese nacido veinte o treinta años después de cuando lo hizo: música para bailar pero con el estilo del nuevo milenio.

Tras este inesperado éxito se especularía con la vuelta a los escenarios de manera inminente y permanente con el objeto de seguir publicando nuevos discos, pero lo cierto es que Donna no estaba muy por la labor y finalmente seguiría apartada del panorama artístico musical durante bastantes años, volcándose en una de sus grandes aficiones como era la pintura.

Sin embargo, en el año 2008 le picaría de nuevo el gusanillo y decidiría volver a entrar en un estudio de grabación con el objeto de crear nuevas canciones para un nuevo disco. Se trataría de su disco más experimental, en el que jugaría con la música latina y, además, también iba a convertirse en el último disco de su carrera. Su título sería “Crayons”.

DONNA SUMMER – CAPÍTULO 3 (LA DIVA)

El disco no tuvo demasiado éxito y pasaría bastante desapercibido. Tantos años sin saber nada de ella habían hecho que muchos la fueran olvidando poco a poco. A eso había que añadirle que los ritmos que incluiría en sus canciones estarían totalmente apartados de lo hecho durante toda su carrera, lo que acabaría de desconcertar a muchos sin ser capaz tampoco de atraer a un público nuevo.

Como carta de presentación se elegiría un tema bailable a más no poder con el que intentaría reeditar viejos momentos. Se trata de “I’m A Fire”, pero lo cierto es que no conseguiría conquistar demasiado al público con él. Todo conduciá a la misma afirmación: su tiempo había pasado ya hacía bastantes años. Por cierto, se le iría un poco la mano con esta canción ya que dura algo más de siete minutos. Un poco excesivo, creo yo.

Del resto de las canciones del disco la verdad es que poco hay que decir. Podría decirse que fueron un quiero y no puedo, dejándonos un álbum totalmente prescindible y que realmente no venía a cuento. Cosas del divismo de los grandes artistas.

Si acaso cabría destacar una de las canciones en la que contaría con la colaboración de Ziggy Marley, primogénito de ese mito que fue y sigue siendo Bob Marley. Se trata del tema que le da título al álbum y si hubiese que calificar su estilo yo lo denominaría “electro-reggae”. Vamos, una mezcla un tanto rara pero que a fuerza de escucharla termina resultando original.

No sería éste su último intento, ya que en el año 2011 íbamos a tener nuevamente noticias de ella, con la aparición en el mercado de una canción que se suponía iba a ser el adelanto de un nuevo trabajo. Lamentablemente, para aquel momento su salud ya estaba muy resentida y el nuevo álbum no vería la luz, convirtiéndose este tema en el último de toda su carrera.

La canción en cuestión llevaría el título de “To Paris With Love” y ciertamente superaría el listón de la música publicada tres años atrás, algo que por otra parte no era demasiado difícil. Daba la impresión de que en esta oportunidad sí que había dado con la tecla pero desgraciadamente ya era demasiado tarde.

Meses atrás se le había diagnosticado un cáncer de pulmón bastante avanzado que poco a poco fue acabando con ella. El día 17 de mayo de 2012 Donna Summer fallecía dejando huérfanos a todos los amantes de la buena música. Se nos iba una artista que supo mezclar su maravillosa voz con la música-disco hasta convertirse en la más grande, en la dama del amor, en la reina de la música para bailar, en una auténtica diva. Afortunadamente su música no se fue con ella, sino que sigue acariciando nuestros oídos y poniendo en funcionamiento nuestras piernas cada vez que suena.

Y aquí cerramos el tercer capítulo dedicado a su trayectoria y lo dejamos por hoy. En unos días ya sabéis, paso lista. Por cierto en el próximo artículo de “La Graminola” os avanzaré importantes novedades que se avecinan con una auténtica revolución que … Y hastá aquí puedo leer.

Hasta la próxima, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ.


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