- Marina Muñoz Cervera -
Todas y cada una de las comidas del día son de capital importancia para mantener un equilibrio nutricional. Un reparto alimentario normal comprende ingestas desde la mañana a la noche y de esta manera nuestro organismo no adolece de falta de energía ni de escasez de nutrientes.
Las calorías ingeridas deben aportar un 5% en el desayuno, un 15% a media mañana, un 30% en el almuerzo o comida, un 15% en la merienda, un 30% en la cena y un 5% antes de dormir.
Hay personas que por falta de tiempo no pueden ingerir alimentos a media mañana y en estos casos, su desayuno debería contener un 20% del total de las calorías diarias.
Por ejemplo, en una alimentación de 2000 kcal., un 5%, serían 100 kcal., que equivalen, a un plátano de tamaño medio o a uno pequeño y una manzana, licuados o enteros. El 15% de media mañana, equivalen a 300 kcal., que podrían ser dos rebanadas de pan untado con tomate y unas gotas de aceite de oliva y un café con leche descremada y endulzado con estevia. En el caso de falta de tiempo, sumaríamos ambas cantidades y el desayuno debería ser de 400 kcal. diarias.
¿Porqué es importante el desayuno?
Si comenzamos el día aportando los nutrientes necesarios estamos más fuertes para superar los acontecimientos que nos depara la jornada; nuestras defensas están en estado óptimo y en resumidas cuentas, no somos flancos débiles ante los requerimientos energéticos de nuestro organismo, es decir, podemos superar, sin sufrir menoscabos ni desequilibrios metabólicos, las incidencias de la mañana.
Europa Press publicó el 23 de julio del presente año, una noticia que nos advertía sobre uno de los riesgos que supone saltarse el desayuno. El artículo se basa en un estudio prospectivo llevado a cabo sobre 26.902 hombres profesionales de la salud, con edades comprendidas entre los 45 y 82 años. Los investigadores demostraron que los hombres que informaron que omitían el desayuno, tenían un 27% de riesgo de un ataque al corazón o muerte por enfermedad coronaria que los que informaron que desayunaban (1). Y concluyen que desayunar está asociado con un bajo riesgo de enfermedad coronaria en la cohorte de población estudiada por ellos (2).
En el Abstract del estudio nos dicen que “entre los adultos, saltarse las comidas se asocia con exceso de peso, hipertensión, resistencia a la insulina y concentraciones de lípidos en ayunas elevados” (2).
Podéis acceder al artículo original publicado en la revista Circulation de la American Heart Association, a través del siguiente enlace: Prospective Study of Breakfast Eating and Incident Coronary Heart Disease in a Cohort of Male US Health Professionals (2).
Muchas personas con la idea de adelgazar y quemar sus grasas, se saltan el desayuno o la cena, sin embargo, a nuestro organismo le resulta menos problemático, metabólicamente hablando, producir grasas propias que quemar las existentes cuando necesita energía, con lo cual el resultado es el inverso al deseado. Las personas que quieran adelgazar deben asesorarse por profesionales que valorarán su estado de salud y sus requerimientos energéticos, así como el reparto alimentario necesario para mantener en estado óptimo su salud.
- Fuentes bibliográficas:
(1) Europa Press. “Saltarse el desayuno puede aumentar el riesgo de enfermedad coronaria”. Madrid, 23 de julio.
(2) Leah E. Cahill, PhD; Stephanie E. Chiuve, ScD; Rania A. Mekary, PhD; Majken K. Jensen, PhD; Alan J. Flint, MD, DrPh; Frank B. Hu, MD, PhD; Eric B. Rimm, ScD. Circulation. 2013; 128: 337-343 doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.113.001474
http://circ.ahajournals.org/content/128/4/337.full
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