Cada individuo toma decisiones que entiende justificadas para su realización personal y/o profesional, siempre que en su fuero más íntimo sabe que con ello no perjudica a los demás. Quizá con ello busque el equilibrio emocional tan necesario para poder dedicarse plenamente a los entresijos del pensamiento, porque el mero hecho de dedicarnos tiempo a nosotros mismos, requiere esfuerzo y sobre todo dedicación.Estamos tan ocupados en satisfacer las necesidades de la gente, de no herir su sensibilidad, de no enfadarnos con nadie, de no menospreciar el trabajo de los demás, etc., que no nos damos cuenta de que tenemos también que cuidar de nosotros mismos, cumpliendo cada uno de los ejemplos anteriormente descritos pero hacia nuestro ser.La mente basa estos conceptos en formas diferentes de ver y comprender lo que nos rodea. Todas esas percepciones que nos presenta la vida se resuelven en un mero conflicto emocional de lo que es correcto o incorrecto; lo que es ético y moral de lo inmoral; o simplemente, miramos el prisma de manera intencionada e interesada de lo que queremos transmitir, algo que con el tiempo, descubriremos que no llega a compensar.Uno recibe lo que previamente ha dado: si tu fomentas el odio, recibirás odio; si tu fomentas preocupación, recibirás tantas dosis que no podrás dejar de preocuparte incluso de lo que tienes pero pudieras tener. En cambio, si tu fomentas alegría y simpatía, recibirás las cosas con dulzura y sonrisa [pensad unos instantes sobre este punto]No es más listo el que habla del que calla, ni el que observa al vocero de turno; simplemente, calla porque aprende a medir los tiempos de la palabra. La palabra nos define, la palabra nos enseña, pero quien rige a la palabra es el pensamiento y quien manda en el pensamiento es tu mente. Cuando una persona es capaz de comprender y asimilar su propia consciencia, es cuando ha comprendido a escucharse a sí mismo. Como dijo una compañera de trabajo Helen Papiuco hace un tiempo atrás, ella lo llamó el “Despertar Illari”, que nos habla de que todos los caminos conducen a tu ser.Ese despertar se produce en cada uno de nosotros en un momento determinado de nuestra existencia, algunos en sus últimos momentos de vida, comprenden la razón de su ser. No es tarde, es que cada uno llevamos un “tiempo y lugar” diferentes.
Nunca estuvisteis perdidos, no existen caminos equivocados, no existen palabras mal dichas, nadie tiene la verdad absoluta sobre las cosas, existe un equilibrio entre el bien y el mal, existe el aquí y el ahora como existe el más allá; pero lo que es una verdad cierta e inexorable, es que todo el Universo infinito se mueve por un mismo sentimiento de AMOR que lo remueve todo; el conocimiento es poder, pero no un poder para hacer daño a otros, porque al final sin darte cuenta, te lo estás haciendo a ti mismo. No juzgues o serás juzgado; y ama a todo lo que te rodea, pero ante todo, debes aprender a amarte a ti mismo.
@Enviado74