Cortar en juliana fina (tiritas bien finas; necesitarán un cuchillo bien afilado) 1/2 repollo blanco y 1/2 repollo morado. Colocar en un bols con un puñadito de sal y abundante agua. Dejar ablandar unos minutos. Colar, enjuagar y reservar. En un bols, colocar 1 cebolla cortada en pluma (bien finita), agregar agua caliente y dejar curar durante unos minutos. Luego, enjuagar con agua fría y colocar en un bols con cubos de hielo (esto hará que la cebolla quede crujiente). Reservar. Cortar 2 manzanas verdes en cubitos y rociar con jugo de limón. Reservar. En una ensaladera mezclar el repollo con la manzana. Incorporar 1/2 taza de queso azul en trozos (cortar con las manos, irregulares). Agregar 1/2 taza de nueces (opcional). Mezclar los ingredientes. Aparte, preparar el aderezo mezclando 2 cucharadas de vinagre de manzana, 1 taza de mayonesa, 1/2 taza de queso crema, la pizca de azúcar y la pimienta. Emulsionar. Aderezar la ensalada y mezclar bien.
Llevar a la heladera durante media hora antes de servir.
Lo original de la ensalada es la textura crujiente del repollo que se combina con la suavidad del queso azul y el aderezo cremoso