Hace un par de días os contaba que estaba por Hanoi, unas horas antes de los fuegos artificiales que inaugurarían el año 2013 lunar, que es el año de la serpiente.
Este es uno de los árboles característicos que adornan las casas
La celebración fue alrededor del lago Hoan Kiem, uno de los principales lugares en la ciudad de Hanoi. Dos horas antes de las 12 de la noche había muchísima gente paseando con sus mejores modelitos, sobre todo grupos de amigos de gente muy joven (los ‘jóvenes’ de mi edad aquí ya están casados, como os comentaba una vez, así que esos iban con sus parejas e hijos) y parejitas. Ese es un día para celebrar en familia, pero los chavales prefieren disfrutar de la ciudad con amigos, parece ser.
A las 12 de la noche hubo fuegos artificiales, algo que no soporto porque: contamina muchísimo innecesariamente (qué le importa a la atmósfera si estamos de celebración, habrá que respetarla), son aburridos y siempre acaban siendo los mismos en cualquier lugar del mundo. Tras esto, seguía habiendo gente por las calles, en los bares de comida típica vietnamita que ponen sus terrazas de sillas y mesas de plástico de poca altura en la calle y en los bares. Yo ya sabía que Hanoi no era el lugar idóneo para ir de fiesta pero me sorprendió que en un día como ‘la nochevieja‘, muchos bares ya estuvieran cerrados a la 1 y media de ma madrugada y otros a punto de hacerlo.
Hanoi, nos decían nuestros colegas vietnamitas antes de las vacaciones del Tet, se queda vacío para el año nuevo, porque todo el mundo que vive en la ciudad regresa a sus pueblos. Y parece ser totalmente cierto, porque fuera de la zona del lago y al día siguiente se respiraba muchísima más tranquilidad en esta ciudad cuya banda sonora no podría oírse nunca por el ruido infernal y constante de las bocinas de las motos.
Banh Chung. Foto sacada de Internet.
Hoy es el día dos de enero lunar y las celebraciones siguen. Ayer tocaba visitar a los parientes más cercanos, normalmente, hermanos que ya no viven en el hogar de los padres. Las puertas de las casas siempre están abiertas aquí, pero ayer aún más y todas con luces en los patios y entradas encendidas, como invitando a pasar a los amigos y parientes. Tanto es así que ayer hacía frío y los miembros de la familia en la que vivo andaban por casa en chaqueta, también para comer, por ‘la rasca’ que entraba al tener todas las puertas abiertas.
Ayer comimos en familia, mucho embutido de cerdo, que se ve que es una de las especialidades del día de hoy, además de carne. También había arroz (base absoluta de la alimentación de este país) y el plato estrella para el año nuevo: el Banh Chung, un pastel hecho, como no, con arroz. Os adjunto una foto sacada de Internet porque la mía propia quedó algo borrosa (nosotras tenemos 3 Banh Chung más que nos han regalado, pero aún están bien cerraditos, envueltos en hojas de bambú o de platanera, no sé estas muy bien cuáles son, una manera muy común de conservar alimentos en Vietnam). Está preparado con arroz glutinoso, recubierto por una especie de gelatina verde, frijol chino y cerdo, aunque lo que preparó ayer la de mi familia parecía que podía ser garbanzos, aunque no estoy segura.
Los Banh Chung que nos han regalado, cubiertos de la hoja de algún árbol. ¿Bambú o plátano?
Hoy sigue la celebración. Según nos comentaron, hoy se realizan visitas a tíos, primos y demás parientes algo más lejanos, supongo que también tíos segundos y demás, porque aquí se da mucha importancia a la familia en general. Para empezar el día, los madrugadores de los vietnamitas, que hasta de fiestas se acuestan a las 10 de la noche, se han puesto a cantar en el karaoke a las 8 de la mañana a gritos y con el volumen altísimo, como les gusta a ellos. Y luego mi madre me decía que no entendía como puedo estar cogiéndole manía al karaoke yo, gran fan de este invento japonés, como os contaba hace unos días en un post. Pues aquí tenéis otra prueba de que el karaoke se está convirtiendo en una pesadilla.
Luego, a las 9, hemos hecho un desayuno-almuerzo, con muchísimas cosas (creo que no había desayunado tanto en mi vida). Había carne de cerdo; un estofado con setas, (buenísimas), gambas, algún tipo de legumbre que no conozco; arroz (ese no puede faltar); el pastel de arroz Banh Chung que antes os decía; otro cocido con patatas y carne; unos noodles o fideos de arroz, con vegatales; un embutido de cerdo y unos rollitos con algo por dentro y un poco churruscados por fuera. Debe de ser que ya se me va acostumbrando el paladar a la comida de aquí, que al principio me costaba mucho comer, porque me ha gustado mucho todo.
Mañana será el tercer día de las vacaciones Tet. Tocará visitar a profesores y a amigos, según nos decía un colega del barrio y de la organización.
Pues, de nuevo, Chuc Mung Nam Moi! Y os digo esto con un ruido característico de fondo: algún vecino cantando con su karaoke.
Nuestro desayuno-almuerzo de hoy, segundo día del Tet.