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Hace tiempo compré un bote de Nesquik sabor fresa y me puse a experimentar con él… He hecho cupcakes, bizcochos, buttercream y estas galletas. Me gustó mucho el sabor, pero lo mejor es hacer estas galletas utilizando un ingrediente que pueden conseguir fácilmente.
Estas galletas son tan ricas que pueden comerse tal y como salen del horno, pero también pueden decorarlas como más les guste. Yo utilicé glasa real para cubrirlas y luego las he pintado con colorantes en gel utilizando la técnica “wet on wet” (“húmedo sobre húmedo”).
Ingredientes:
- 125 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 100 g de azúcar glass tamizada
- 1 huevo “M”
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
- 300 g de harina de trigo tamizada (sin levadura)
- 25 g de Nesquik de fresa tamizado
- 1 1/2 cucharada de leche (entera o desnatada, la que tengan en casa..)
Procedimiento:
- En un bowl batir la mantequilla con el azúcar glass hasta blanquearla, comenzando a velocidad baja y poco a poco vamos subiendo a máxima hasta conseguir una pasta esponjosa y blanquecina.
- Batir ligeramente el huevo y agregarlo a la mantequilla hasta que esté bien incorporado. Añadir la vainilla.
- Ahora incorporar la harina mezclada con el Nesquik de fresa en dos veces, alternando con la leche. En esta parte vamos a utilizar una espátula para unir todos los ingredientes ya que no queremos que la masa se llene de aire. Cuando veamos que va tomando consistencia trabajamos la masa con las manos hasta que consigamos que esté uniforme, suave y que no se nos pegue en las manos. La masa está lista cuando hacemos el bollo, vemos que se “cuartea” y está blandita.
- Ahora tomamos dos papeles de hornear y los utilizamos para estirar la masa: colocamos la masa entre los dos papeles y estiramos con el rodillo hasta conseguir el grosor deseado. El papel es para que la masa no se pegue a la superficie de trabajo ni al rodillo. Yo hago mis galletas de 1/2 centímetro o de 1 cm de grosor, depende del gusto de cada uno… Hay que tener cuidado de que la masa quede uniformemente estirada para que todas las galletas tengan el mismo grosor.
- Una vez estirada la masa, llevarla a la nevera durante aproximadamente 2 horas (sin quitarle los papeles). Debe colocarse en una superficie plana, donde no se deforme ni se aplaste (si la bandeja del horno cabe en la nevera, la colocamos en ella y a la nevera)
- Transcurrido este tiempo ya podemos cortar las galletas. Colocarlas sobre papel de horno para que no se peguen a la bandeja dejando un espacio de aproximadamente 2 cm entre galleta y galleta; para levantarlas pueden ayudarse con una espátula. NUNCA utilicen los dedos para levantarlas y separarlas porque se deformarían los bordes. Los recortes que van quedando se pueden reutilizar hasta tres veces (me refiero a unir los recortes, estirar, enfriar y cortar), si los usamos más veces el resultado al hornear las galletas no será el mismo que al principio. Ustedes hagan la prueba y ya lo van viendo…
- Llevar a horno precalentado a 180º C durante 10 minutos (o hasta que los bordes estén dorados). El tiempo de cocción dependerá del tamaño de las galletas, si son grandes (de 8, 10 o 12 cm habrá que aumentar un pelín el tiempo de horneado). Dejar enfriar en la bandeja 5 minutos y luego terminar de enfriarlas colocándolas sobre una rejilla (la del horno sirve perfectamente). Una vez que las galletas estén frías por completo, se pueden decorar.
Estas galletas pueden guardarse en un recipiente cerrado herméticamente hasta 2 semanas que van a seguir comestibles (obviamente no estarán igual que cuando acabamos de hornearlas, pero siguen estando ricas).