Las galletas no son mi fuerte, tal vez porque siempre he hecho las normalitas que se hacen en casa y que no tienen secretos para casi nadie. Son aún una asignatura pendiente para mí a pesar de éstas que hoy me he propuesto hacer a mi antojo, cogiendo de allí y de aquí y queriendo aprovechar restos que quedaban perdidos por mi despensa (antes de que me colonicen las polillas, jajaja). He descubierto que quedan muy buenas y como no quiero perder la receta, la dejo escrita en este blog en el que podré consultar cuando de nuevo quiera hacerlas. De todas maneras iré ensayando, "mis compis" son verdader@s artistas.
Le dedico con mucho cariño estas galletas a Vera Kluzer (La pasta risottata) que me invitó una vez a participar en un reto, sintiendo mucho no hacerlo en su momento. Aprovecho y mando besos a Vero (Galletas habelas hailas), que hace tiempo no nos vemos ¡Vera es Vera, y Vero es Vero!
Ingredientes:
- Harina integral de trigo 150 g.- Salvado de trigo 60 g.- Azúcar 90 g.- Levadura Royal 1 y ½ cdtas.- Caramelo líquido 1 cda. sopera.- Mantequilla 120 g.- Agua 100 ml.- Colorantes alimentarios (optativo).- Azúcar glas (optativo).
- Agua para la glasa.
Elaboración:
Mezclar los ingredientes secos en un bol. Diluir el caramelo en el agua.
Fundir la mantequilla en el microondas e incorporar a la mezcla anterior. Añadir el caramelo diluido.
Amasar tres minutos en el mismo bol, hasta que todo se integre perfectamente. Extender papel film en la encimera y volcar el preparado dando forma alargada, como un salchichón (33cm. y un grosor de 6 cm, + ó -). Mantener en el congelador una hora aprox. Al ser una pasta no muy dura la base quedará plana por fuerza.Encendemos el horno a 160ºC.
Sacamos del frigo y cortamos en rodajas de poco menos de un dedo, sin modificar la forma resultante, que iremos colocando en una bandeja de horno con papel sulfurizado. Unimos de dos en dos los cortes por la parte plana, alisamos con la pala de un cuchillo para que queden bien sellados, así obtenemos unas figuras que asemejan manzanas.Metemos en el horno quince minutos. Dejamos enfriar.
Tal como quedan podemos tomarlas, y por un poco más de trabajo conseguimos decorarlas de manera fácil.
En dos cuencos echamos azúcar glas y poco a poco, gota a gota, incorporamos agua y vamos mezclando hasta conseguir una pasta espesa y densa (como las cremas corporales, tipo Nivea, Dove...), bien diluida. En uno de ellos añadimos un poquito de colorante y mezclamos de nuevo, comprobamos que se parece al color que buscamos. El azúcar del otro cuenco se deja blanca, sin colorear (en éste se pone menor cantidad de azúcar).
Extendemos la glasa encima de las galletas perfilando con ella los bordes, para que queden mejor definidos. Con una cucharilla pequeña se echa y se extiende perfectamente. Dejamos que sequen cinco minutos y a continuación sombreamos con la glasa blanca. Servimos con unas hojitas frescas simulando una manzana recién cortada.
¿ A qué quedan bonitas? pues si os gusta lo integral estas galletas serán unas de vuestras favoritas y duuuuuuuuran casi una semana en perfectas condiciones.