Con lo pesada que he sido durante el último año y medio anunciándoos que me encontraba inmersa en el curso de Experto en Pastelería Profesional de ESAH y que durante los últimos meses tan solo la entrega del Proyecto Final me separaba de convertirme oficialmente en pastelera, y ni siquiera os he informado de que ¡¡¡he aprobado!!!
¡¡¡Sí!!!
Yujuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!
Presenté el Proyecto a mediados de enero, pocos días antes de que expirara el plazo de entrega. Pensé que jamás lo acabaría. De hecho, he invertido unos cinco meses en elaborarlo. Pero ni por asomo he dedicado cada uno de sus días a este trabajo. Lo he compaginado con multitud de cursos y talleres de repostería que una servidora sentía la imperiosa necesidad de cursar. Y es que, cuanto más me adentro en el universo pastelero y más voy aprendiendo, más me gusta, más feliz me hace sentir y más ganas tengo seguir formándome y mejorando. He descubierto que es mi vocación. Espero no equivocarme. Así que, crucemos muy fuerte los dedos.
Y ya con el proyecto entregado y calificado, estoy a la espera de recibir el título que me acreditará como Experta en Pastelería Profesional. ¡¡¡Estoy deseando recibirlo!!!
Por esto, con motivo de haber superado este súper curso, hoy os traigo una de las recetas que he incluido en mi Proyecto Final, unas ghoribas, también conocidas como ghribias, ghraïbas o ghriyyabas. Se trata de unas pastas de almendra de origen árabe, habituales en Marruecos y Túnez. Un tipo de galletas que solemos encontrar elaboradas a partir de un fruto seco (almendra, pistacho, nueces, cacahuetes, etc.), huevo y azúcar. Dependiendo del lugar en el que se elaboren, se aromatizadan con ralladura de limón, ralladura de naranja, miel o agua de azahar. Pero en otras ocasiones, el sabor del fruto seco es el único protagonista. En mi caso, tan solo he utilizado almendra (adoro el sabor de una buena almendra del tipo Marcona) y las he aromatizado con un poquito de ralladura de limón (pero muy poquita, porque no quería que se perdiera ese sabor tan extraordinario de una buena almendra).
Y es que si os gusta el sabor de este fruto seco (¿y a quién no?), os encantarán. Son pura almendra. Como si comiéramos mazapán. Además, resultan súper fáciles de hacer y muy rápidas.
Aunque antes de hornearlas parecen frágiles y fácilmente se agrietan, una vez cocidas, mantienen perfectamente la forma. en definitiva, un dulce exquisito, que encima se conserva en perfecto estado durante semanas, siempre que las guardamos cuidadosamente dentro de un recipiente hermético o una caja metálica. ¡A disfrutar!
Ghoribas de almendra:
INGREDIENTES (para 15 unidades)
- 250g de almendra molida
- 15 almendras enteras con piel
- 2 yemas de huevo
- La ralladura de una cuarta parte de un limón
- 4g de levadura química en polvo
- 15g de mantequilla fundida
- 150g de azúcar glas (125g+25g)
PREPARACIÓN
- Precalentamos el horno a 150ºC.
- Ponemos las almendras molidas, las yemas, la ralladura de limón, la levadura química y 250g de azúcar glas en un bol amplio. Mezclamos muy bien todos los ingredientes hasta obtener una pasta homogénea.
- Con las manos embadurnadas en un poco de mantequilla, le damos a la masa forma de bolitas, del tamaño de una pelota de ping-pong. Las colocamos sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal.
- Aplanamos las bolitas y las espolvoreamos con azúcar glas. Colocamos una almendra entera en el centro de cada una y horneamos 18 minutos a 150ºC. Dejamos que enfríen por completo sobre una rejilla.
¡¡Un besazo!!